quarta-feira, 30 de junho de 2010

La masturbación II

Romanos 6:23

La masturbación como acto, no es un pecado, pero lo que acompaña a la masturbación sí lo es, y además es una puerta abierta a la lujuria. Recordando que la lujuria da sus primeros pasos por los ojos y el pensamiento que estén lejos de la voluntad de Dios. Nos explicamos. Para poder llegar a tener un orgasmo, el individuo debe además de acompañarse de la acción física directamente en su aparato reproductor (sexo), de pensamientos sensuales que le lleven al final. Dentro de esta segunda parte, que sabemos no es separada de la primera, se acompañan muchas veces pensamientos de hombres o mujeres que son alcanzados por material pornográfico, personajes que detrás de sus vidas, se presentan vidas desconocidas y oscuras y que influyen a la larga en las personas que usan dicho material; por otro lado a veces esos pensamientos son de personas muy cercanas a uno y/o de personas que tienen una vida marital normal pero que pasan a ser parte de nuestros sueños, fantasías o pensamientos, en esos momentos de aquel que se efectúa la masturbación. Otro lado tenemos en los casos que personas que tienen una relación con el sexo opuesto, ya sea de sentimientos y/o sexuales, a estas personas se les incluye en el pensamiento morboso para obtener el final de la masturbación. Pensamientos que a veces se acompañan de recuerdos en donde hubo un contacto físico que los llevó a una sensación física sensual.

Ese proceso “natural” muchas veces es el inicio a una sexualidad anormal, llevando a multiplicar los deseos sexuales a edades precoces y que por mala información llegan a tener una sexualidad anticipada, es decir antes del matrimonio. Esta etapa de la vida es marcada a posterior por experiencias traumáticas ajenas a todos aquellos que se iniciaron en la masturbación por referencias negativas e información nociva. Tenemos que dejar claro que muchas de las sensaciones de masturbaciones en edades juveniles radican de la mala información o libertinaje que acosa a ésta, la cuál por falta de temor a Dios se nutre de información que le glorifica. En estudios muy recientes, se estima que el gran número de jóvenes (hombres) llegan a la masturbación no por el desarrollo físico normal, sino por el bombardeo nocivo de pornografía que se dirige a sus vidas, donde lejos está un gran índice en las jovencitas, las cuales aun guardan cierto temor. Por otro lado deseamos dejar claro que en Jesús, el normal desarrollo de la sexualidad, radica en una vida limpia, ajena de pornografía, y mala información sexual, para llegar al matrimonio virgen, y es allá donde en un sano y santo acto de entrega a Dios, la pareja entra en una sexualidad de glorificar, como el nos pide… y todo lo que hagáis hacedlo como al señor…..(Col. 3:23).

Reconocemos que a estas alturas de la humanidad, donde la juventud es bombardeada de información sexual, esta ha perdido esta noción de santidad y se han sentado las bases que la masculinidad es aquella en donde el hombre y hasta ahora la mujer, se miden por las actitudes animales del sexo fuera del matrimonio, y como decíamos al comienzo se inician desde edades precoces. En Dios, la masturbación no es necesaria, pues no alimentamos la carne de donde radica la necesidad, sino que día a día nos alejamos de todo aquello que combate con lo espiritual. Esperamos sentar en usted las bases de una sana sexualidad, la cual le responderá la necesidad de la masturbación y considerar a esto una acción pecaminosa o no en su vida. Finalmente es necesario hacer hincapié que el sexo fue creado por Dios para ayudar impedir la “soledad” del hombre (Gen. 2:18.)

El sexo se hizo, claramente, para dos personas- que es el porque la masturbación va en contra del propósito de Dios para la sexualidad. En Proverbios 12:11, se nos dice claramente que “el que sigue a los vagabundos (los que tienen fantasías sexuales en este caso) es falto de entendimiento”. Pablo en 1ª Cor. 6:12, nos pide que vivamos en la realidad, no en la fantasía. También nos dice que no seamos dominados por nada. ¿existe remedio? La respuesta es sí. Por medio de nuestro señor Jesucristo todo es posible para el que cree. Lo primero que debes comenzar a saber es que estás confrontando una lucha de la mentira de Satanás contra la verdad del señor Jesucristo. Debes tomar posición en tu identidad, lo cuál quiere decir que tú eres hijo de Dios. Repítelo en voz alta ¡soy hijo de Dios! Luego debes comenzar un proceso de renuncia. Debes proclamar en voz alta “renuncio a toda relación con la pornografía, lujuria, sexo ilícito, masturbación en el nombre del señor Jesucristo”.

Otra declaración: “declaro en el nombre del señor Jesucristo que mi cuerpo ya no será más instrumento de injusticia, sino instrumento de justicia para la gloria del señor, y que el ha sido reservado exclusivamente para uso del sexo dentro del matrimonio”. “declaro en el nombre del señor Jesús, que como hijo de Dios soy aceptado, amado, y que el que comenzó en mi la buena obra, la perfeccionará hasta el día del señor Jesucristo”.

Te recomiendo leer el libro “una vía de escape” del Dr. Neil Anderson, que trata con profundidad este tema y me ha sido de gran apoyo para ayudar a otros a encontrar su libertad en Cristo Jesús.

Consejos:

• Debes proponerte, desde ¡Ya!, con la ayuda de tu Señor y Salvador Jesucristo, un comienzo para desatarte de esto que te aflige, y así honrarte y honrarle. Reconoce que es un paso muy difícil por resolver, pero no imposible, en algunos casos tomará más tiempo que en otros y de igual forma será un problema difícil.

• Deshazte de todo material que poseas: revistas, fotografías, relatos. Lugares, etc.

• Evita todo de pensamientos continuo, impulsos sexuales o fantasías de hombre o mujeres que te lleven luego a actuar.

• Evitar la soledad en esta etapa de la vida, especialmente para todos aquellos que ya consideran estar en atadura.

• No escuches música que te invite sexualmente, directa o por medio de mensajes subliminales.

• Evita contactos físicos sensuales en lugares que permita llegar a un grado de excitación, sobre todo si tienes una pareja estable.

• De igual forma para todos aquellos que poseen una desviación sexual, evitar contacto físico con el mismo sexo en las mismas condiciones anterior.

• Aléjate radicalmente de toda pornografía, para ello evita todo material nocivo en la televisión, computadoras, Internet, revistas, radios u otros.

• Cuida de tus amistades en el Chat, y evita todas aquellas que desde ya se tienen relaciones que te inciten a la masturbación.

• Cuida tus ojos y forma de escribirles. Si sabes que Internet no se controla, es una fuente de tentación y lazo, etc., como lo es la televisión, videos, revistas y música, aléjate de ello.

• Ora con persistencia a Jesucristo para recibir de Él fuerzas para el proceso y tener un hábito diario, sistemático de leer la Biblia para encontrar respuestas y ayuda de Dios sobre tu problema en profundidad, reconociendo que cada caso es diferente en particular, pero que Dios los conoce individualmente.

• Reconoce desde ya tu sexualidad y no permitas pensamientos ambiguos o influencias de terceros para saber que Dios hembra y varón nos creó.

• Si consideras estar en el área de trastorno psicológico, recurre a un especialista.

• Evita el ocio. Es en ésta etapa de tu vida cuando más debes leer la Biblia y orar sin cesar.

• No odies tus impulsos sexuales, tómalos como normales y es posible llegar a un control sobre ellos.

• Reconoce que es un sentimiento físico pero imperativamente necesario.

• Obedece a tus mayores, que te aconsejan directa o indirectamente, en temas relacionados con una sana sexualidad.

• Cuida tu conversación entre personas, recuerda que “las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”.

• Evita la soledad extrema, depresiones, miedos.

• Invierte tiempo para conocer a otras personas (estudiantes, compañeros de trabajo, hermanos (as), grupos de jóvenes, etc., pasea, entretente al aire libre con otros.

• Confía en alguien que te pueda ayudar con este problema. Puede ser tu pastor juvenil o un amigo muy cercano.

• Pidele que te acoja responsablemente y ore por ti.

• También trabaja duro para hacer algunos nuevos amigos. De esta manera podrás socializarte en vez de fantasear.

¿Sabes que Dios te ama? El esta orgulloso de ti, y no dudes que te ayudara. ¡yo se que lo hará!

Solo quiero presentar estos 10 pasos sugeridos por St. Clair y Jones para superar la masturbación.

1) Se honesto con Dios. Reconoce que los pensamientos lascivos que te llevan a la masturbación son un pecado contra Dios. Se honesto en cuanto a tu pecado y pide que seas limpiado y decide dejarlo.

2) Planta una estaca. Una “estaca” es un punto fijo que marca el comienzo de un viaje. Decide si quieres complacer a Dios más de lo que te quieres complacer a ti mismo y decídete a hacer tuyas estas palabras:”andad en el espíritu, y jamás satisfaréis los malos deseos de la carne” (Gal. 5:16).

3) Enchúfate al poder. Reconoce que no puedes ganar esta batalla con tu propio poder, solo por medio de Jesucristo, viviendo en ti puedes cambiar tus deseos y hábitos. Empieza ahora mismo a dedicar cada día un momento regular y constante con el señor.

4) Renueva tu mente. Este problema empezó en tu mente, así que deja que Dios te la cambie. La manera en que Dios renueva tu mente es el compenetrarte en la Biblia. Es allí donde se encuentran los pensamientos de Dios. Anhela que los pensamientos de el sean tuyos. Lee cada día un capitulo de la Biblia. Memoriza un versículo por semana.

5) Enfoca tu vista. Aparta tus ojos de cualquier cosa que te estimule sexualmente. Es obvio que no puedes vivir en un monasterio, así que tus ojos verán objetos sexualmente estimulantes. Pero no sigas mirándolos, especialmente los materiales pornográficos, las novelas de t.v o las películas no aptas para menores.

6) Controla tu cuerpo. Cuando sientes que tu cuerpo va a explotar si no te alivias un poco de la presión sexual, mantenla bajo control por medio del ejercicio físico, haciendo el bien a otros, o dedicándote a actividades físicas divertidas (como andar en bicicleta o jugar baloncesto).

7) Sincérate con un amigo. Pídele a alguien de tu mismo sexo, que sea espiritualmente maduro, que te haga rendir cuenta de tus actos. Consigue que te pregunte regularmente si estás evitando la lascivia.

8) Evita las situaciones tentadoras. No miras una segunda vez a la persona vestida sensualmente, y no leas revistas ni mires programas en t. V. O en Internet que te estimulen sexualmente. Mantente en guardia cuando estás solo, especialmente donde es fácil sentirte tentado.

9) Sigue adelante a pesar de tus fracasos. Si fracasas, no te desanimes. Te llevó tiempo formar este hábito, te llevará tiempo quitártelo. Si caes, no te revuelques en el polvo; más bien levántate, sacúdete el polvo por medio de confesar inmediatamente tus pecados y de recibir, por fe, el perdón de Dios. Pero no te acostumbres a aceptar trivialmente tus fracasos.

10) Empeñate en la victoria total. No tienes que pecar.. No tienes que dejar que el radiador se recaliente.. Al ofrecerte a Dios (en lugar de ofrecerte al pecado como instrumento de maldad), tu energía sexual se canalizará para hacer de ti un hombre o mujer poderoso para Dios. Confía en cristo. Obedécele, el te dará la victoria.

¡Dios te bendiga!