quarta-feira, 23 de junho de 2010

Los libros llamados Apócrifos Parte II

III. ¿Cómo fueron admitidos por la iglesia Romana?.

Desde San Jerónimo hasta 1545, permanecieron agregados a la Vulgata 10 libros apócrifos. Eran considerados libros útiles como devocionales, pera nada más. Eran en aquel tiempo para los cristianos en general, lo que hoy es para nosotros "el peregrino".

Pero al reunirse el concilio de Trento en 1545, se planteó el problema de los libros apócrifos, nuevamente y después de muchas discusiones habidas sobre el asunto, el concilio aceptó 7 y rechazó tres, de los 10 que venían figurando en la Vulgata; pero estuvo muy lejos de haber sido por unanimidad.

Esto prueba de una vez para siempre que hasta aquella fecha no eran considerados como inspirados, porque si lo fuesen, ¿ a qué discutir de nuevo el asunto? ¿Porqué el concilio no dio su aprobación a los 39, por todos aceptados como inspirados?.

Sencillamente no era necesario aprobar en 1545, lo que ya estaba aprobado desde muchos siglos antes.

Ahora bien, si los católicos dicen que el mero hecho de figurar en la "Vulgata" era que los reconocían como inspirados, antes del concilio de Trento; entonces yo pregunto: ¿Porqué el concilio rechazó tres de los 10 libros?. Porque efectivamente el concilio rechazó el 3 y 4 de Esdras y la oración de Manasés.

Si el mero hecho de haber figurado añadidos a una versión determinado número de años, les concedía algún derecho, los tres rechazados lo tenían igual que los otros siete.

Y si los católicos romanos afirman que los libros en cuestión fueron reconocidos por el sínodo de Cartago en 397, queremos recordarles que hay serio conflicto entre Cartago y Trento.

Si Cartago aprobó el 3 y 4 de Esdras y la oración de Manasés, y si esta aprobación vale algo para la iglesia Romana, ¿Cómo el concilio de Trento desaprobó los libros en cuestión?.

De todas maneras; o el sínodo de Cartago se equivocó, o se equivocó el concilio de Trento; por consiguiente, uno de ellos se equivocó, porque lo aprobado por uno fue desaprobado por otro.

Si uno de dichos concilios se equivocó, bien pudieron haberse equivocado los dos; porque "es de humanos errar".

Está pues demostrado que la iglesia Romana, no admitió los apócrifos en el canon de los libros inspirados hasta el concilio de Trento en 1545.

El historiados católico romano, F, Díaz Carmona, en su historia de la iglesia romana, página 272, hablando del concilio de Trento, dice: "Este gran concilio empezó fijando de nuevo el canon de la Biblia."

Al decir "de nuevo", el historiador reconoce que no aceptó el canón que regía hasta aquella fecha y que por consiguiente hubo una alteración en la lista de los libros reconocidos como inspirados durante más de 1500 años, y pasando por encima del testimonio de San Jerónimo y otros muchos "Padres" de la iglesia, el concilio dijo que eran libros inspirados los que no pasaban de ser meras historias: creando el grave conflicto entre la historia pasada, de dichos libros, y el acto consumado de la admisión.

Llamo aquí la atención a una cita anteriormente hecha y que vamos a repetir. En la introducción, que la versión de Torres Amat, tiene al libro de Esther, dice: "San Jerónimo tuvo por dudosos los seis últimos capítulos por no haberlos hallado en el texto hebreo; y hasta Sisto V, siguieron muchos católicos esta opinión". Ahora bien, Sixto V, fue papa después del concilio de Trento, o sea, de 1585 a 1590. Así este papa y con él la mayoría de los católicos se colocaron bajo los anatemas del concilio, al dudar de sus decisiones.

Además, ¿Era Sixto V infalible? Si lo era, el concilio de Trento se equivocó, al sancionar las partes apócrifas del Antiguo Testamento, partes que el papa no aceptaba.

¿Porqué aprobó el concilio de Trento los apócrifos?.

Dice el cardenal Polo, que esto lo hizo el concilio para dar mayor énfasis a las diferencias entre católicos y evangélicos, Tammer, afirma que el motivo fue que la iglesia romana encontró en estos su propio espíritu.

Ahora algunos teólogos católicos, como Belarmino, Dupin y Hefele, para salvar las dificultades han sostenido que hay dos grados de inspiración, teoría que se cree sustentaba San Agustín.

Con esto está de acuerdo la siguiente cita que tomamos de la página 25, del librito católico antes citado, titulado "¿Qué es la Biblia?", Por M. Charles que dice: "La diferencia entre las versiones católicas y las protestantes, proviene de siete libros del Antiguo Testamento, cuyos originales no conocemos en hebreo, sino solamente de acuerdo con la Biblia de Alejandría.

"A fin de aclarar el puesto que ocupan los libros que los católicos llaman deuterocanónicos y los protestante apócrifos, relataremos la historia de esta traducción".

Según el párrafo anterior, copiado al pie de la letra, los mismos católicos instruidos establecen una diferencia entre los 73 libros de sus Biblias. Los católicos les llaman a los 66 libros, sobre los que no hay dudas, "canónicos", y a los siete restantes "deuterocanónicos".

Esto es muy importante. Pero yo digo: o son inspirados, o no lo son. Si son inspirados, ¿Porqué los mismos católicos romanos los consideran inferiores a los 66 restantes? Y si no son inspirados, los católicos romanos tienen desde 1545, una Biblia adulterada, con el agravante de que han sancionado oficialmente tal adulterio.

IV. "Las pruebas internas son contrarias a la inspiración"

El contenido de los libros prueba que no fueron inspirados sus autores.

Tobías

Ya hemos dicho que el libro de Tobías, no figuró nunca en el Canon de los libros inspirados.

Este libro contiene doctrinas puramente paganas.

En el capítulo 4: verso 11, dice así: "Por cuanto la limosna libra de todo pecado y de la muerte".

En el versículo 18, del mismo capítulo dice: "pon tu pan y tu vino sobre la sepultura del justo".

En el capítulo 6 y verso 8, dice: "Respondió el Angel (a Tobías), y le dijo: Si pusieres sobre las brasas un pedacito del corazón del pez, su humo ahuyenta a todo género de demonios".

En el capítulo 12 verso 9, dice así: "Porque la limosna libra de la muerte y es la que purga los pecados y alcanza la misericordia y la vida eterna".

En los cuatro versículos que hemos copiado tenemos tres doctrinas a cuál más pagana:

Primera: La idea de la salvación, por medio de obras de caridad; practicada por todos los pueblos paganos y rechazada completamente por la palabra de Dios. Véase Hebreos 9:22 y Juan 3:14-19.

Segunda: La costumbre de poner comida a los muertos y a ciertos ídolos, era práctica corriente entre los Egipcios y los Caldeos y otros pueblos; pero es contraria a la palabra de Dios.

Tercera: Creer que el corazón de un pez ahuyenta a los demonios es una de las tantas hechicerías y supersticiones, que todos los paganos practicaban. Pero la Biblia condena y prohíbe estas cosas, véase Deuteronomio 18:10-14.

En el Capítulo 12:15, Tobías le pregunta a un joven que se le presenta: "¿Quién eres tú?". A lo que el joven responde: "Yo soy Azaría, hijo de Ananías el grande." Sin embargo, dice Tobías que era el "Angel Rafael". Según lo cual, el ángel dijo una mentira.

¿Es posible aceptar la inspiración de un tal libro?.

Judith

El propio Abate Du-Clot, reconoce que el libro presenta contradicciones imposibles de explicar y que él atribuye a errores de los copiantes. En el capítulo 1, verso cinco dice: "Nabucodonosor rey de los Asirios reinaba en la gran ciudad de Nínive". Todo el mundo sabe que que Nabucodonosor no fue rey de los Asirios, sino de los Caldeos. No reinó en Nínive sino en Babilonia (Daniel 4.30), y según la historia, Nabopalasar, su padre, aliado con Ciaxares rey de los Medos, "atacó y destruyó a Nínive Capital de Asiria", y esto antes de ser rey Nabucodonosor.

En el capítulo 9, verso 2 dice: "Señor Dios de mi padre Simeón a quien pusiste la espada en las manos para castigar aquellos extranjeros". Aquí dice que Dios puso la espada en las manos de Simeón y parece alabarse la acción de éste. Pero eso está en abierta oposición a la palabra de Dios que maldice la acción de Simeón. Véase Génesis 49:5. "Simeón y Leví; armas de iniquidades sus armas".

En el capítulo 11, verso 11 dice: "Por lo cual han resuelto matar a sus bestias para beberles la sangre".

La Vulgata, versión de Torres Amat, tiene una nota en este versículo que dice así: "Todo lo que sigue tomado a la letra parece no dejar lugar para excusar a Judith, de ficción o mentira". Cuando las propias autoridades de la iglesia católica romana reconocen que Judith, parece ser una mentirosa, nosotros no tenemos nada más que añadir.

En el capítulo 13, verso 30, Judith recibe adoración y no la rechaza, como hizo Pedro, en Hechos 10:25. La prueba interna es desastrosa para la inspiración del libro.

Esther: Al empezar el capítulo 15, tiene una nota de San Jerónimo que dice "también hallé estas adiciones en la Vulgata".

Exactamente, adiciones, eran, son y serán.

La Sabiduría: El Abate Du-Clot, en la página 505 de "vindicias", dice, "los griegos llamaban a este libro la Sabiduría de Salomón, reconociendo que el autor ha tomado sus conocimientos e ideas de las obras de Salomón. Y que ha procurado imitarlo. Los judíos no tienen este libro en su canón, aunque lo tienen en gran estima". Según el párrafo anterior los judíos no reconocían el libro como inspirado y el verdadero autor fue uno que pretendió imitar a Salomón. Los que hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo no pretendieron imitar a nadie ni tuvieron necesidad de suplantar nombres.

El que escribió el libro, parece que creía en la reencarnación de las almas, dice en capítulo 8 versículo 19: "Ya que de niño era yo de buen ingenio, y me cupo en suerte una buena alma".

En el capítulo 10, versos 1-4, dice que el diluvio fue por causa del pecado de Caín, comparándolo con Génesis 6:5-7, se ve que no es así, como lo dice el plagiador de Salomón.

En la tercera y última parte veremos acerca de errores del Eclesiástico, La profecía de Baruc, Las partes añadidas a Daniel, los dos libros de Macabeos y una conclusión acerca de este estudio, sobre los Apócrifos.