quinta-feira, 22 de abril de 2010

El Islam

Los inicios del Islam con Mahoma

Probablemente fue en el año del Elefante del calendario árabe (571 AD.) en el que nació Mahoma, personaje histórico, bajo los pensamientos del cual se funda una de las más grandes religiones que el mundo ha conocido, El Islam.

Sus ojos vieron la luz en la Meca, su madre fue Amina y su padre Abdalah quién murió poco antes de que naciera su hijo. Su abuelo paterno fue Abd-l-Motaleb y pertenecía a los Hachimitas. Su nombre de nacimiento era Abul Kasim y le apodaron Mohamed (loado). Fue criado por Abutalib su tío paterno, pues su madre murió cuando el tenia 6 años.

Creció en la Meca, una ciudad situada a unos 80 kilómetros del Mar Rojo, en un valle que servía como unión de Mesopotamia y Arabia Meridional. En dicha ciudad se encontraba la Caaba centro importante de culto pagano del mundo árabe y los pueblos cercanos de entonces. Constantemente era visitada por muchísimos peregrinos que rendían culto a unas 300 divinidades entre las que sobresalía Ala y la Piedra Negra.

En su juventud Mahoma se dedicó a varios trabajos, entre ellos fue pastor y mercante. Posteriormente trabajo para una viuda comerciante, quince años mayor que él, muy rica llamada Jadiya, no pasó mucho tiempo antes que a ella le impresionara la habilidad para administrar que tenía el joven y cuando éste tenía 25 años se caso con ella.

La revelación del Corán

Ya con una cómoda posición económica, sin preocupaciones materiales, Mahoma dispuso dedicarse a la vida ascética, que era extraña en el paganismo árabe. Se retiró a meditar a una cueva de la montaña Hira, unas veces solo y otras con su familia. Allí es donde conoció al ángel Gabriel (Yibril) quien le comunico los 114 capítulos (suras) del Corán, a veces en éxtasis a veces en trance.

Sus días de ascetismo iniciaron en los años 610 AD, fue el principio de una serie de revelaciones divinas constantes que comunicaba a su familia y amigos. Durante un "periodo de 22 años" le fueron dadas advertencias breves de predestinación fatal en las que se proclama el Día de Juicio y se ordena culto solo al dios Ala. También recibió detalles para una vida correcta de moral y ética, de misericordia al prójimo, sobre asuntos familiares y de justicia social. Además le fue revelado que el hombre es el representante de Dios en la tierra se hace énfasis también en la obediencia a Ala, el enviado y a quienes están en autoridad.

1. ¡Hombres! ¡Temed a vuestro Señor, Que os ha creado de una sola persona, de la que ha creado a su cónyuge, y de los que ha diseminado un gran número de hombres y de mujeres! ¡Temed a Alá, en Cuyo nombre os pedís cosas, y respetad la consanguinidad! Alá siempre os observa.

171. ¡Gente de la Escritura! ¡No exageréis en vuestra religión! ¡No digáis de Alá sino la verdad: que el Ungido, Jesús, hijo de María, es solamente el enviado de Alá y Su Palabra, que Él ha comunicado a María, y un espíritu que procede de Él! ¡Creed, pues, en Alá y en Sus enviados! ¡No digáis "Tres'! ¡Basta ya, será mejor para vosotros! Alá es sólo un Dios Uno. ¡Gloria a Él Tener un hijo...Suyo es lo que está en los cielos y en la tierra... ¡Alá basta como protector!

Su estilo convincente de describir la revelación lo vemos a través de los 114 suras que se unen para formar El Corán aunque no fue él quien se dio a la tarea de escribir sus revelaciones sino solamente lo transmitía de forma verbal. "Dichas palabras fueron memorizadas, y dictadas a los compañeros de Mahoma, plasmadas por los escribas, que las examinaron durante la vida del profeta. Ninguna de las palabras de los suras ha sido modificada". Esos escritos nos dejan ver en Mahoma a un hombre "…lírico, inspirado, alma ardiente, corazón intrépido, con las grandezas y debilidades humanas, jefe guerrero, promoviendo matanzas… proclamando algunas de las más seductoras afirmaciones religiosas".

Los árabes hasta entonces no habían tenido fácil acceso a revelación alguna, fue Mahoma quine les dio una nueva religión con escritos de forma clara y práctica. Todo presentado en su lengua original (árabe), algo propio y con la prioridad de unir a sus compatriotas.

Desde el principio de sus revelaciones dio muestras de una gran pretensión progresiva, lo cual podemos ver de la siguiente forma… ¿Profeta a los árabes? ¿Profeta de los últimos tiempos? ¿Último de los profetas? ¿El más grande de los profetas? ¿El que reemplaza todos los otros y pone punto final?... Para los judíos, la revelación se detiene en el A.T.; para los cristianos en el Apocalipsis; para los musulmanes, en los 114 suras del Corán.

Al respecto notamos lo que explícitamente se dice El Corán:

53. Los creyentes dirán «Son éstos los que juraban solemnemente por Alá que sí, que estaban con vosotros? Sus obras serán vanas y saldrán perdiendo». 17. El día de la Resurrección, Alá fallará acerca de los creyentes, los judíos, los sabeos, los cristianos, los zoroastrianos y los asociadores. Alá es testigo de todo

Aunque el ahmadismo y el behaísmo (religiones musulmanas evolucionadas) dan continuidad a la revelación escrita en El Corán.

Se consideran en El Corán a Abraham, Moisés, David y Jesús como hombres ejemplares, como profetas menores que Mahoma. Probablemente el conocimiento que él tuvo del judaísmo y cristianismo fue muy superficial y lo que conoció debió haber sido de los ignorantes, del populacho. Sin duda dicho conocimiento fue por vía oral y sin tener acceso a fuentes escritas. Esto se observa en los textos del Corán donde le da un cambio de tonalidad al relato bíblico judeo-cristiano, ejemplo de ello es la creación del hombre.

1. ¡Recita en el nombre de tu Señor, Que ha creado,

2. ha creado al hombre de sangre coagulada!

3. ¡Recita! Tu Señor es el Munífico,

4. que ha enseñado el uso del cálamo,

5. ha enseñado al hombre lo que no sabía.

También el Corán niega la deidad de Jesús:

149. ¡Pregúntales, pues, si tu Señor tiene hijas como ellos tienen hijos,

151. Mienten tanto que llegan a decir:

152. «Alá ha engendrado». ¡Mienten, ciertamente!

153. ¿Iba Él a preferir tener hijas a tener hijos?

100. Han hecho de los genios asociados de Alá, siendo así que Él es Quien los ha creado. Y Le han atribuido, sin conocimiento, hijos e hijas. ¡Gloria a Él! ¡Está por encima de lo que Le atribuyen!

101. Creador de los cielos y de la tierra. ¿Cómo iba a tener un hijo si no tiene compañera, si lo ha creado todo y lo sabe todo?

3. Y: 'Nuestro Señor -¡exaltada sea Su grandeza!- no ha tomado compañera ni hijo'

Su credo fundamental se define de la siguiente manera:

1. Di: « ¡Él es Alá, Uno,

2. Dios, el Eterno.

3. No ha engendrado, ni ha sido engendrado.

4. No tiene par».

16. Di: «¿Quién es el Señor de los cielos y de la tierra?» Di: «¡Alá!» Di: «¿Y tomaréis, en lugar de tomarle a Él, a amigos que no disponen para sí mismos de lo que puede aprovechar o dañar?» Di: «¿Son iguales el ciego y el vidente? ¿Son iguales las tinieblas y la luz? ¿Han dado a Alá asociados que hayan creado algo como lo que Él ha creado, al punto de llegar a confundir lo creado?» Di: «Alá es el Creador de todo. Él es el Uno, el Invicto».

Su gran argumento era el ejemplo de los profetas, El Corán habla según un tema general en donde se llama a todos al monoteísmo, repetido con insistencia y el que no atiende a dicho llamado se le advierte del juicio venidero. La influencia exterior en dichos escritos abunda, aunque los musulmanes al igual que su "Gran Profeta" afirman que es una revelación original y única, aunque se da un plagio abundante de los escritos judeo-cristianos, el Talmud y los libros apócrifos. Al respecto en El Corán se presenta la defensa siguiente:

11. Los infieles dicen de los creyentes: «Si hubiera sido algo bueno, no se nos habrían adelantado en ello». Y, como no son dirigidos por él, dicen: «¡Es una vieja mentira!»

37. Este Corán no puede haberlo inventado nadie fuera de Alá. No sólo eso, sino que viene a confirmar los mensajes anteriores y a explicar detalladamente la Escritura, exenta de dudas, que procede del Señor del universo.

94. Si tienes alguna duda acerca de lo que te hemos revelado, pregunta a quienes, antes de ti, ya leían la Escritura. Te ha venido, de tu Señor, la Verdad. ¡No seas, pues, de los que dudan!

Con esto no queda duda que el mismo Corán se contradice en este aspecto, pues parece en esos textos del mismo que se acepta que se fundamenta en los escritos anteriores al Corán que ya hemos mencionado.

Cabe resaltar también que el Islam tiene cinco pilares claves para la vida practica de todo musulmán; fe, oración, limosna, ayuno y peregrinación o dicho en otras palabras: "la aceptación de la unicidad divina (shahada), la oración (salat), la beneficiencia (sakat), el ayuno (ramadán) y la peregrinación a La Meca."

La muerte del "Gran Profeta"

Debido a sus revelaciones el profeta se enfrento con una serie de persecuciones que efectuaron los Quraysh que era la aristocracia de La Meca. Sus seguidores principales eran la gente despreciada y oprimida del pueblo y su primera convertida fue su esposa Jádiya. En el año 622 partió a Medina y trato de ganar adeptos judíos cosa que fue imposible debido a la firme convicción que estos tenían en el Antiguo Testamento y las pretensiones que tenía Mahoma como el "Gran Profeta". Los hombres de La Meca trataron de darle fin a la vida de Mahoma en varias ocasiones y fue así hasta el año de 627 pero no lo consiguieron.

Dirigió a sus seguidores (1400 hombres) en una peregrinación hacia la Meca en el año 628, debido a sus conflictos le prohibieron el ingreso inicialmente pero luego hicieron una tregua. Al año siguiente condujo a 2000 árabes de nuevo sin embargo algunos choques entre los hombres de La Meca y los musulmanes dieron fin a la tregua. Fue en año de 630 que Mahoma conquisto La Meca por completo.

Estando en La Meca murió en el año 632 apenas dos años después de haber hecho su gran conquista. Durante su vida tuvo 9 esposas, aunque el Corán solo permite tener 4, fue lamentable para el no tener ningún hijo varón que tomase el cargo de líder del Islam, pues solamente tuvo hijas. A su muerte fue un amigo intimo suyo llamado Abu-Bekr fue el próximo líder denominado Califa.

Expansión del Islam

Todos hubieran creído que al morir su gran fundador y líder, el Islam habría desaparecido pero un fue así. Una impresionante era de conquistas daba inicio, el progreso se avizoraba, un horizonte lleno de glorias para una joven religión alentaba a un pueblo sin renombre, pobre y metido en el hostil clima desértico, y que además de todo eso ahora tenían también un dios y una común creencia propia. En término de un siglo el Islam se había apoderado de Palestina, Asia Menor, todo el norte de África, Persia, La India y China. Además de esto amenazaba firmemente en avanzar por todo el imperio romano pues se habían extendido hasta la península Ibérica. Fue Carlos Martel quien los detuvo en una famosa batalla.

La Batalla de Tours (732 d.C.) en Francia, fue una de las batallas decisivas del mundo. Carlos Martel derrotó al ejército musulmán, y salvó a Europa del mahometismo, que venía barriendo al mundo como una tromba marina. A no ser por aquella victoria, el cristianismo pudo haber sido totalmente sumergido.

Hacia el año 750, el Islam había llegado hasta China, el Océano Índico, y por el oeste hasta Marruecos y la Península Ibérica. Durante los ocho siglos siguientes continuó ampliando los límites de su expansivo imperio. En el tiempo de la Reforma, los musulmanes turcos otomanos, encabezados por su famoso Sultán Suleimán el Magnífico, estaban a las puertas del Sacro Imperio Romano, empujando hacia la capital, Viena. Los cristianos contemplaban la expansión del Islam con gran temor.

Catorce siglos de historia han permitido que su imperio se haya extendido por gran parte del tercer mundo afroasiático y que instalase una sólida diáspora en Europa y América.

Para la década de los años cincuenta del siglo pasado se estimaba que habían un total de 400 millones de musulmanes en el mundo, a mediados de los ochenta las estadísticas decían que eran 800 millones en total. Actualmente la suma es alarmante y sigue creciendo, "Alrededor de 1,000 millones de personas, aproximadamente la sexta parte de la población mundial, se reconoce como musulmana"

Nadie puede, pues, ignorar la importancia de esta gran religión histórica que nació un día en La Meca, a principios del siglo VII, y conquisto para su fe y sus ritos, en el transcurso de apenas dos siglos, casi todos los países en los que hoy es la religión oficial.

Evaluación y Aplicaciones

No podemos predicar sin conocer a quien predicamos, no podemos hacer misiones si no conocemos el trasfondo de las personas a quienes queremos afectar. El Islam es una religión que amenaza en serio la cristiandad, parece ser que ya hay un ejemplo vivido en la historia pues ellos casi conquistan todo el mundo cristiano. Debemos entonces de tener en nuestras iglesias un firme conocimiento Bíblico del cristianismo y hacer una teología conciente para estar firmes, no ser conquistados sino conquistarlos a ellos con el mensaje de Nueva Vida en Jesucristo (Mt. 28:18-19).

domingo, 18 de abril de 2010

La santidad

Hebreos 12:14 - Seguid la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie vera al Señor.

He sentido de parte de Dios escribir este Estudio debido a la necesidad que tienen muchas personas de saber en realidad de como servirle a Dios. Son muchas las Opiniones de diferentes denominaciones y personas que creen en su propio PUNTO de la Santidad. Pero no queremos hablar de lo que Yo creo o de los que Otros piensan. Sino de lo que las Santas Escrituras dicen referente a este Tema tan Controversial hasta en los días de Hoy. Nos ayude el Señor y con la Revelación del Espíritu Santo poder entender su Palabra a través de este Estudio: La Santidad.

Comenzaremos diciéndoles que la Santidad comienza por DENTRO Y termina por FUERA. Creemos que el Dios que creo lo de a dentro es el mismo que creo lo de a fuera. Alaba!

La Biblia dice en: 2 Tes. 2:1-12 Manifestación del hombre de Pecado. Ese hombre de Pecado se refiere aquí la Palabra a Satanás quien es quien va a ser que el ser Humano cambie su modo de Vida de Santidad hacia el. Haciendo que caigan en la Apostasía y se aparten de la Fe en Dios. Hablaremos en este Estudio de los principios Eclesiásticos que hablo el Profeta Jeremías 6:16 de Pararnos en los Caminos y preguntar por la Senda Antigua.

Pecado es: Aquel poder misterioso primordial que se opone por naturaleza a Dios y a su buena voluntad para con el hombre, así como también todo el conjunto de manifestaciones y consecuencias trágicas del mismo. Es la Rebelión como acto consciente de la voluntad. La manifestación mas extrema de esta voluntad rebelde es el Pecado cometido con Soberbia. Es Iniquidad. Es Maldad. Errar , salirse del Camino. Es desviarse o andar perdido, ciego y divagando en sus caprichos y deseos Carnales.....Lecturas en : Pr. 4:23, 23:7, Mc 7:20-23; Ro 8:15-25, Stg 1:15, Jn 3:14, Ro 5:12,14-19, 1Co. 15:22, Ro 12:8-10, 1Jn 4:7-11, y Ro 6:23 dice: Porque la paga del Pecado es muerte, mas la dadiva de Dios es Vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Entonces el Pecado separa al hombre de Dios y lo desvía de la Santidad. De vivir una Vida que agrade a Dios como el demanda del hombre. Por lo tanto demos la explicación de lo que es Santidad.

Santidad es: Separación , Santificación, Regeneración, Santo, Consagración, Puro, Limpio, Dedicado y Escogido. Cuando hablamos de la Santidad muchos solo se quedan en el PUNTO de vista de la Santidad de la separación del Pecado, pero se olvidan que esa Santidad va del hombre creado por Dios de a dentro hacia a fuera, llevándole a una Vida Santificada por fuera de las cosas Externas que le gustan a la Carne y es lamentable que muchos solo piensan en la Santidad del Corazón (Interna), pero se olvidan que también daremos cuenta a Dios de lo que tenemos por fuera que viene siendo la (Carne). La Biblia dice en: 1 Tes. 5:23- Y el mismo Dios de Paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Entonces le pregunto a los Teólogos y Exegetas de la Biblia como me explican a mi sobre ese Texto. Alaba!!!

Quiere decir entonces la Palabra de Dios y no del hombre que daremos cuenta a Dios de lo que creo por dentro y por fuera. Primero las cosas que son Espiritual (Interna) que vienen siendo: El Fruto del espíritu según Gálatas 5:22-23. Aquellas cosas lindas que el Señor nos dejo como lo es la Oración , el Ayuno , su Palabra que son las que me llevan a una vida de Comunión y Santidad con el. Pero luego seguimos con la Santidad (Externa)...que vienen siendo las Obras de la Carne según Gálatas 5:19-21 y luego aquellas cosas que le gustan a la Carne como decía el Predicador: Vanidad de Vanidades TODO es Vanidad. La Vanidad de las cosas que le gusta al ser humano que hay en el Mundo. 1 Juan 2:15-17 dice : No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no esta en el. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. ¿Cual es la Voluntad del Padre? Obedecer su Palabra tal como esta, sin quitarle y sin añadirle. Obediencia la cual ha muchos se les hace difícil llevar.

Entonces esta claro que la Santidad comienza por dentro. Dice la Biblia que en cierta Ocasión se encontró Jesús con los Fariseos y les dijo: !Fariseo Ciego! Limpiad primero lo de adentro del Vaso y del Plato para que también lo de fuera sea limpio. Les exhorto a que lean todo el Capitulo completo de Mateo 23: 1-36.

A medida que nos acercamos al momento mas sublime de la venida del Señor la cual estamos esperando con gran anhelo como dice: 2 Tes.2:1-12 es necesario que con mas ahínco hablemos de este tema que ya casi no se habla porque la mayoría de las Iglesias ya no tienen tiempo para hablar sobre estas cosas y el Pueblo esta entretenido en otras cosas por tal de tener Templos llenos aunque estén en una condición de Pecado y de falta de Santidad. Leamos lo que dice Apoc. 22:11-16. Estamos viendo como la Apostasía sigue creciendo cada vez mas y se va aumentando día tras día y se van Mundanalizando y cambiando de forma Terrible como dijo Cristo en Mateo 24:12 - Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriara.

Apostasía es: Rebelión contra Dios. Apartarse de la Fe en Cristo Jesús e ir en pos de los dioses ajenos. Es decir, no obedecerlo ya sea por seguir falsos dioses (la Idolatría) o desviación Moral de la Ley de Dios. En 2 Tes. 2:3 Antes de la venida del Señor habrá una rebelión contra Dios , el abandono o la apostasía de la Fe. La Apostasía en el contexto escatológico se describe con otra terminología en 1 Tim 4:1-5 y Mat 24: 1-12. La Apostasía era uno de los problemas mas graves que la Iglesia primitiva tenia que enfrentar. Se describe dejar al Señor y volver atrás y no seguir a Jesús. Jn 6:66 dice: Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con el. Apostasía es abandonar la Fe, ser arrastrado por el error (2 Ped 3:17) y apartarse del Dios vivo (Hebreos 3:12). La Apostasía puede comenzar no solo en la propia persona sino también se puede infiltrar con los Falsos Maestros que hay en muchas Iglesias que enseñan mal la Palabra y hacen que muchos cambien (Mat 24:11), (Gálatas 1:6-10) Habla de que no hay otro Evangelio y si alguien trajere otro Evangelio el tal sea Anatema (Mentiroso). Otras Lecturas para leer son: 2 Tim 2:17-18, 2 Ped 2:1-2, Jud 3,4. Vemos como muchos herejes promueven la Apostasía 2 Ped 2:18-20 esta claro en esta Lectura Los Falsos Profetas y Los Falsos Maestros. también la Persecución de estos últimos días hará que muchos se desvíen de la verdad ..Mat 24:9-10 y Luc 8:13. Especialmente la Tentación Satánica apartara de la Fe a otros 1 Ped 5:8. Las consecuencias graves de la Apostasía se describen en Hebreos 6:4-8 y 10:26-29.

Vemos como muchos mal llamados Cristianos aplican la Palabra de Dios para su Conveniencia o Gusto y hacen que otros crean en ellos. Vemos que les gusta Practicar ciertas cosas que les cuesta dejar porque no las quieren: QUITAR de sus VIDAS o CUERPO. Y caen en Desobediencia sabiendo el bien. La Biblia dice que tan simplemente saber hacer lo bueno y no hacerlo es PECADO.

Entonces nos hemos puesto de acuerdo con la Palabra de Dios de que la Santidad es estar primero en Paz con no solo contigo mismo, sino con los que te rodean. Dice Juan 13:34-35 - Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros, como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. Procuremos estar en Paz con los demás aunque con los demás que te rodean no estén en Paz contigo. Pues sabemos que se ha de levantar El Celo, La Envidia, La Persecución contra nosotros mintiendo, pero lo mas importante es que seamos Bienaventurados como dice: Mateo 5:11- Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase del mal contra vosotros, mintiendo. Eso Jesús lo aplico primero a sus Profetas que era perseguidos por hablar lo que venia de Dios para el Pueblo, pero también lo aplico al Pueblo cuando dijo: Vosotros.

Paz es: Tranquilidad y sosiego, lo opuesto de turbación. La Biblia registra que Jesús en cierta ocasión tuvo hablar sobre la División entre los hombres según Mateo 10:34- No penséis que he venido para traer Paz a la tierra, no he venido para traer Paz, sino espada, entre naciones (Lucas 14:32) o entre Dios y el hombre (Romanos 5:1). también Paz se usa como sinónimo de Amistad, (Hechos 15:33), liberación de molestias (Lucas 11:21), orden nacional (Hechos 24:2) u orden eclesiástico (1 Co14:33). En muchos de los libros del Antiguo Testamento Dios promete a su Pueblo cesación de la guerra, que es causa de tanto sufrimiento como premio por guardar su pacto y sus enseñanzas (Lv 26:6) Y a la luz de esto no podemos sino creer que la falta de paz en nuestra época, al igual que en el Antiguo Testamento, se debe a la desobediencia a Dios. El hombre no puede estar en conflicto con Dios y en Paz con su prójimo. En la bendición sacerdotal de (Nm 6:22) se afirma que la verdadera Paz es interior y viene de Dios (Isaías 48:18).

En las Profecías del Mesías se destaca vivamente la Paz: su nombre seria "Príncipe de Paz" (Isaías 9:6) y traería una Paz perdurable (Isaias9:7). Cristo no solo es el cumplimiento de Is. 9:6 sino también de Nah 1:15. , porque anuncia el evangelio de Paz. El coro angelical anuncio Paz en la tierra por medio de Jesús (Lucas 2:14). En la platica intima de Jesús con sus discípulos, la noche antes de su muerte, el Señor Jesús prometió su propia Paz a ellos y a todos los suyos. Esta tranquilidad interior no es pasajera como la paz del mundo, ni depende de las circunstancias externas (Juan 14:27). El evangelio anuncia que hay Paz con Dios y entre los hombres por medio de Jesús (Hechos10:36) Dios es el Dios de Paz ( 1 Tes 5:23 ) y ofrece una Paz que sobrepasa todo entendimiento humano (Filip 4:7). La Paz del Alma es Fruto del espíritu Santo (Gálatas 5:22) .

Si eso es el Principio de la Santidad PAZ entonces vayamos ahora a lo que muchos no quieren hablar en cuanto a la Santidad Externa porque la mayoría de los que han estudiado la Palabra solo se quedan en el PUNTO de la Santidad (Interna) y se olvidan de la (Externa).

¿Que cosas son las que se están Infiltrando en nuestros Templos?

1. La Influencia de la Música Mundana
2. Las Modas (Estilos de Ropas Sensuales)
3. Los Estilos de Recortes
4. La Danza (No del espíritu, sino los Bailes Judíos)
5. Los Bailes Raperos dentro de la Iglesia.'
6. El Uso de Joyas (Tanto en el hombre como en la Mujer).

Muchos se han dejado llevar por el eso no es "NADA" y por lo antibiblico de que Dios lo que mira es el Corazón. Son muchas las cosas que seguirán surgiendo en nuestros medios como Instrumento de Satanás para destruir la Iglesia. Será mejor que nos cuidemos, sino queremos perder nuestra Salvación. Hebreos 2:2-3 : Porque si la Palabra dicha por medio de los Ángeles fue firme y toda trasgresión y desobediencia recibió justa retribución ¿Como escaparemos nosotros, si descuidamos una Salvación tan grande? la cual habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron......

Satanás ha logrado arrancar de los corazones de muchos creyentes el fervoroso amor que profesaban hacia el Señor Jesucristo y el santo temor reverente que debemos a Dios y a su Palabra. Es importante que nos pongamos de acuerdos con la Palabra de Dios !YA! para someternos a una vida cristiana que Dios espera de su Iglesia la cual tiene que ser una LUZ en medio de las Tinieblas y que así el mundo pueda CREER el mensaje del Evangelio de Jesucristo. (Efesios 5:24, 1Tes 5:4-5, Juan 8:12, 12:46 y Hechos 16:28).

quinta-feira, 15 de abril de 2010

Los terrores del inferno

La doctrina del infierno es una de las más olvidadas de toda la Escritura. Cuando hoy se menciona el infierno, generalmente es ridiculizado, como si toda la idea del infierno estuviera tan pasada de moda que sólo los ingenuos e ignorantes pudieran creer que un lugar así realmente exista. Esto no es difícil de entender. El hombre natural aborrece la idea de tener que dar cuenta de su vida delante de un Dios santo, él (el hombre natural), ama el pecado y no quiere vivir sin él. La mente no regenerada presenta una objeción tras otra con tal de no encarar la realidad del infierno. El ser humano vive su vida pensando que si ignora una dificultad por un determinado tiempo puede que ésta desaparezca. Hasta los líderes religiosos tenidos por conservadores comienzan ahora a atacar la idea del infierno. Dejemos que los hombres hagan lo que les plazca, seguros de que las frívolas objeciones de los necios no conseguirán destruir la realidad del infierno.

En medio del clamor que busca aniquilar el infierno están aquellos que creen que la Biblia es verdad, estos deben pararse y hablar. Meditar en los terrores del infierno puede ser uno de los ejercicios mas importantes que puedas hacer en esta vida. Si "el que oye el sonido de la trompeta no se da por advertido, y viene una espada y se lo lleva, su sangre recaerá sobre su cabeza" (Ezequiel 33:4). Pido el favor de que el lector se tome el tiempo de leer este librito hasta el final.

¿Por qué debería uno preocuparse por el infierno? ¿Por qué gastar tiempo leyendo sobre el infierno? Son varias las razones que nos muestran el beneficio de hacerlo:

Oir de los terrores del infierno puede chocar a la conciencia y despertarle de su falsa seguridad.

Saber del infierno contribuye a detener al hombre de su camino de pecado. Tanto el piadoso como el malvado son persuadidos de no pecar cuando recuerdan regularmente los terrores del infierno.

Conocer los terrores del infierno puede ayudar a despertar a aquellos que piensan que son salvos solo porque creen en Cristo o en los hechos del Evangelio, pero que no son realmente salvos sino que están camino del infierno, sin saberlo.

Predicar la doctrina del infierno es beneficioso tanto para creyentes e incrédulos por igual, como será demostrado.

¿Por qué las personas no tienen miedo del infierno? Parece que hoy hay una real carencia de miedo a la realidad del infierno. Esto afecta tanto a aquellos que asisten a la iglesia como a los que viven en el mundo. La gente no teme el infierno, ¿por qué?

Una persona no tendrá miedo de un león cuando es un cuadro en la pared. ¿Cómo es esto? Bueno, se trata solo de una pintura. Sabe que no es real. Pero si esa persona fuera dejada sola en la jungla y se topara cara a cara con una león real, rugiendo ferozmente, entonces se llevaría un susto de muerte. La conciencia del ser humano tocante al infierno es semejante a la del hombre que sólo ve un león pintado en un cuadro. Sin embargo, oímos del infierno en la Biblia. Sabemos que el Señor Jesús habló del infierno. De hecho, Cristo habló más del infierno que de ninguna otra cosa en las Escrituras. ¿Cómo es que los hombres no creen que el infierno es real? Porque no han escuchado lo suficiente sobre él. No han estudiado todo lo que la Biblia enseña sobre el tema. No es lo que oímos solamente lo que contribuye a forjar nuestra creencia, lo que no oímos también contribuye a formar nuestro sistema de creencias. Únicamente el Espíritu Santo puede presentar a nuestros corazones los terrores del infierno de tal modo que los sintamos tan reales como nunca antes. La doctrina del infierno ha sido usada por Dios en la conversión de pecadores más que ninguna otra de las Escrituras. Ora para que, mientras lees este tratado, el Espíritu Santo pueda mostrarte el infierno tan auténticamente real como es.

LA NECESIDAD DEL INFIERNO

Muchos de los que hoy día se burlan del infierno, probablemente lo hacen por varias razones. Primariamente se trata de un deseo de estos de continuar en sus propios caminos de pecado sin tener sus conciencias preocupadas con la idea de las consecuencias de sus acciones. No quieren oír que lo que están haciendo está mal. No quieren oír que sus pecados serán castigados. Alguien pudiera objetar: "El tormento eterno en el infierno, ¿no es inconsistente con un Dios misericordioso y amante? ¿Cómo puede un buen Dios castigar a la gente en el infierno para siempre?" Un malentendido del carácter de Dios y de la naturaleza del pecado puede llevar fácilmente a este tipo de preguntas. ¿Por qué es necesario el infierno? Examinemos algunas razones que nos hablan de su necesidad.

La pecaminosidad del pecado y la santidad de Dios. La dificultad que la mayoría de la gente tiene a la hora de comprender la necesidad del infierno está relacionada con su incompleto e inadecuado entendimiento de lo terrible que es el pecado y de lo glorioso que es Dios. No vemos el mal tan grande que hay en el menor de los pecados ni entendemos la santidad de Dios, su justicia y su ira. Si viéramos el pecado como la maldad más grande en el mundo y nos diéramos cuenta de que cada pecado es un rechazo del gobierno de Dios sobre nosotros, una burla, una bofetada en su rostro, lanzarle estiércol a Él, comenzaríamos a comprender un poco de lo que nuestro pecado representa para Dios. Cada vez que pecamos erigimos un dios rival en nuestro corazón, en la forma de nosotros mismos o de nuestro vicio más querido. El pecado rechaza al Creador como Dios y pone la criatura en su lugar.

Si pudiéramos entender la santidad de Dios y lo que significa ser santo, puro, perfecto, justo, incontaminado, limpio hasta del menor pecado, tendríamos una idea mejor de por qué Dios aborrece tanto el pecado. La santidad absoluta no puede tolerar el menor de los pecados. "Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio" (Habacuc 1:13). Si pudiéramos comprender la gloriosa santidad de Dios y su pureza, así como la abominable naturaleza del pecado, entonces no tendríamos problemas con la necesidad absoluta del infierno.

"Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá?" (Jeremías 17:9). El corazón humano está enfermo, es malvado, engañoso. La corrupción del corazón hace que el ser humano sea engañado respecto a la fealdad del pecado y muchas otras cosas mas.

La naturaleza infinita de Dios. Para entender lo que el pecado es realmente tenemos que verlo a través de los ojos de Dios. Dios es un ser infinito y eterno. Cada acto pecaminoso es cometido contra un Dios infinito y santo. Con cada pecado destronamos a Dios y nos colocamos a nosotros mismos por encima de Él. En cada pecado se encierra esta cuestión: "¿Cuál es la voluntad a cumplirse, la de Dios o la del hombre? Mediante el pecado, el hombre coloca su voluntad por encima de la del Señor, de tal modo que pone a Dios como basura bajo sus pies". Un solo acto pecaminoso cometido contra un Dios santo e infinito merece castigo infinito. Es un mal infinito ofender a un Dios infinito, incluso una sola vez.

La justicia divina. Un solo pecado contra Dios obliga a Dios a vindicar su nombre y su justicia mediante un castigo tan completo como sea debido. Dios puede y quiere vindicar su justicia. Lo promete en Romanos 12:19, donde se dice: "Amados, nunca os venguéis vosotros mismos, sino dar lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor". Uno de los predicadores más grandes que jamás haya existido, Jonathan Edwards, escribió: "La gloria de Dios es el mayor bien; es el fin supremo de la creación, es de más importancia que cualquier otra cosa. Pero hay un modo mediante el cual Dios se glorificará a si mismo, a saber, la destrucción eterna de los impíos, que glorificará Su justicia. Entonces se presentará como un gobernador justo de este mundo. La justicia vindicativa de Dios se presentará estricta, puntual, asombrosa, terrible y por tanto gloriosa".

UNA DESCRIPCIÓN DEL INFIERNO

El infierno es un horno de fuego inextinguible, un lugar de tormento eterno, donde sus víctimas son atormentadas tanto en sus cuerpos como en su mentes, conforme a sus naturalezas pecadoras, los pecados actuales cometidos y la cantidad de luz espiritual ofrecida y rechazada por ellos. El infierno es un lugar de donde la misericordia y la bondad de Dios han sido retiradas; donde la ira de Dios es revelada como un fuego consumidor, terrorífico; donde los impíos viven con sus vicios sin poder realizarlos en un tormento sin fin.

En Mateo 13:47-50, el Señor Jesús narró una parábola sobre el juicio. En los versículo 49 y 50, el Señor describe el destino de los malvados: "Así será el fin del mundo; los ángeles saldrán y sacarán a los malos de entre los justos, y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes".

Al examinar las palabras del Señor lo primero que deberíamos notar es que el infierno se describe como un horno de fuego. El horno de Nabuconodosor (del que se nos habla en el Antiguo Testamento) fue calentado siete veces más de lo acostumbrado y es descrito como "un horno de fuego ardiente" (Daniel 3:23). Juan el Bautista hablé de "fuego inextinguible" (Lucas 3:17) y Apocalipsis describe el infierno como "lago de fuego que arde con azufre" (Apocalipsis 19:20). ¿Podemos, realmente, imaginarnos el horror del cual hablan estas palabras? Imagina cada parte de tu cuerpo expuesta al fuego al mismo tiempo, de modo que cada fibra de tu ser sienta el intenso tormento de ser quemado. ¿Cuánto tiempo aguantarías semejante castigo? Cristo dice que "allí será el llanto y crujir de dientes". Los impíos llorarán y crujirán los dientes al tener que soportar el dolor y el sufrimiento más intenso que jamás hayan sentido de unas llamas que les consume constantemente cada parte de su cuerpo. No habrá alivio.

Jonathan Edwards describe en lenguaje gráfico cómo serán las llamas del infierno: "Algunos de ustedes han visto edificios incendiados; imaginen, por lo tanto, cuán poca ayuda a la hora de sofocar las llamas podrían ofrecen si se encontraran en medio de tan grande y voraz fuego. Han visto a menudo una araña o cualquier otro insecto arrojado en pleno fuego y observado lo rápido que sucumbe a la fuerza de las llamas. No se presenta una larga batalla, no hay lucha contra el fuego, ninguna fuerza puede oponerse al calor o escapar de él, el insecto inmediatamente se rinde y cede, el fuego toma posesión de él, y enseguida se convierte en una chispa de fuego. Aquí tenemos una pequeña imagen de lo que tú serás en el infierno, a menos que te arrepientas y acudas a Cristo. Consolarte a ti mismo imaginando que podrías Soportar los tormentos del infierno tanto como puedas sería como si un gusano, a punto de ser arrojado a un horno candente, se preparara y fortaleciera a sí mismo, dispuesto a combatir las llamas".

El infierno también se describe como un lugar de tinieblas. El Señor Jesús habla de un invitado que se presentó a una boda sin traje y fue arrojado a "las tinieblas de afuera" (Mateo 22:13). judas escribe de aquellos que están en el infierno, "para quienes la oscuridad de las tinieblas ha sido reservada para siempre" (Judas 13). Christopher Love dice en su libro Hell's Terrors (Los terrores del infierno): "La oscuridad es terrible y los seres humanos están preparados para temer más las tinieblas que la luz: el infierno, por consiguiente, es descrito con esta imagen terrible para hacer que los corazones tiemblen, pues se trata no solo de tinieblas, sino de la más oscura de las tinieblas".

El infierno es comparado a Tofet en Isaías 30:33. Tofet era el lugar donde los judíos idólatras sacrificaban a sus hijos al dios pagano Moloch, arrojándolos al fuego dispuesto para ello. Día y noche se oían en ese lugar quejidos y lamentos, como día y noche se oirán quejidos, lamentos y llanto en el infierno.

Isaías habla de "el soplo del SEÑOR, como torrente de azufre" encendiendo el infierno. Hay suficiente evidencia en la Escrituras para demostrar que Dios mismo será el fuego del infierno. Hebreos 12:29 dice: "Nuestro Dios es fuego consumidor". Los impíos de la tierra ignorantemente bailan de alegría cuando el predicador habla del amor y misericordia de Dios, pero no se beneficiarán ni de lo uno ni de lo otro si no se arrepienten. Para ellos Dios será fuego consumidor. Hebreos 10:30-31 advierte: "Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo pagaré. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo!" ¡Es horrendo, terrible, caer en las manos del Dios vivo! Pecador, tú no escaparás del infierno. Dios será tu infierno y su ira te consumirá y será derramada sobre ti todo el tiempo que El exista. "¿Quién conoce el poder de tu ira?" (Salmos 90:11). Por cuanto Dios mismo será el fuego del infierno, las palabras no pueden expresar los terrores de los condenados al infierno. "No hay razón para temer que, quizá, los ministros del Evangelio expongan este asunto más allá de lo que realmente es; semejante posibilidad no es tan temible como se pretende... Más bien, tenemos motivos para suponer que después de haber dicho todo lo que es posible, todo lo que hemos dicho o pensado no es sino una pálida sombra de la realidad".

En Lucas 16:19-26 Cristo habla de dos hombres. Uno de ellos era rico (tradicionalmente conocido por Divas o Epulón); el otro era pobre (por nombre Lázaro). Ambos murieron. El pobre fue llevado por ángeles al cielo y el rico fue al infierno. El rico no fue a tal lugar por ser rico, ni el pobre al cielo por ser pobre. El Señor muestra mediante esta historia de contrastes que nuestras circunstancias pueden cambiar drásticamente cuando pasamos del tiempo a la eternidad. No debemos ser tan tontos como para pensar que porque Dios no nos haya tratado duramente en esta vida no lo vaya a hacer después de la muerte. El lugar de morada eterna de ambos hombres fue el resultado de la condición de sus corazones delante de Dios mientras vivían en la tierra. Lázaro fue un verdadero seguidor de Dios, no así Divas. Queremos notar cuidadosamente lo que la Escritura dice acerca de Divas y su condición, pues tenemos mucho que aprender de él sobre el infierno.

Los versículos 23 y 24 indican que Divas estaba "en tormento". ¿Cuál es el significado de estar en tormento? Este tormento, se refiere por igual al tormento padecido por el cuerpo como por el alma. Como hemos visto, el cuerpo humano será atormentado en un horno de fuego. Cada parte del cuerpo sentirá el dolor ocasionado por ese fuego. Personas con fuerte dolor de estómago pueden sentir gran agonía debido a ello, pero el dolor del infierno será mucho más grande. Se dice que a veces la muerte por cáncer causa dolor supremo en el cuerpo, pero el dolor en el infierno será peor todavía. Si tu cuerpo padeciera varios y dolorosos males al mismo tiempo, aún no comenzarías a acercarte al dolor de los condenados en el infierno.

La conciencia del ser humano también será atormentada en el infierno. La conciencia es el gusano que no muere, del cual habla la Escritura (Marcos 9:48; Isaías 66:24). A Divas se le dice: "recuerda que durante tu vida". Los hombres serán atormentados físicamente con un dolor intenso, pero también serán atormentados por su propia memoria. Recordarán las veces que escucharon la alarma y, no haciéndole caso, se burlaron de ella. Recordarán las veces que fueron advertidos y llamados a arrepentirse, o que se les dijo que era imposible recibir las bendiciones del cielo sin someterse a Cristo como Señor, pero no hicieron caso. Serán atormentados al ver, a distancia (tal como lo hizo Divas), las glorias del cielo y saber que están condenados para toda la eternidad. Serán atormentados por deseos insatisfechos (Divas no puede recibir ni siquiera una gota de agua que refresque su lengua). Serán atormentados por el hecho de saber que nunca escaparán del infierno (a Divas se le dice: "de modo que los que quieran pasar de aquí a nosotros no puedan"). Serán atormentados por los gritos, lamentos y maldiciones de los condenados a su alrededor. El tormento más cruel que un hombre pueda experimentar aquí en la tierra es como la picada de una mosca comparado a los tormentos del infierno.

Jonathan Edwards, en un sermón sobre El castigo futuro de los impíos, habla de cómo éstos son incapaces de encontrar un solo momento de descanso en el infierno: "No hallarán nada que alivie sus penas en el infierno. Nunca encontrarán un lugar de reposo allí; ningún rincón secreto que sea más fresco que los demás, donde puedan tener un poco de reposo, una pequeña reducción de la gravedad de su tormento. Jamás encontrarán un arroyo o fuente de agua fría en ninguna parte de aquel mundo de tormento; no, ni siquiera una gota de agua que calme sus gargantas. No tendrán compañero que les dé un mínimo de consuelo, u ofrezca un mínimo bienestar. No encontrarán lugar donde puedan estar y descansar y tomar aliento, siquiera por un minuto, porque serán atormentados con fuego y azufre. No tendrán descanso ni de día ni de noche por los siglos de los siglos".

LA ETERNIDAD DEL INFIERNO

El aspecto más terrorífico del infierno es el de su duración. El infierno es eterno, es decir, para siempre, sin fin. ¿Puedes entender la eternidad? Ninguna fórmula o ecuación matemática puede explicarla. Tu mente no puede concebir la eternidad, y, sin embargo, es real pesar de todo. Este solo aspecto del infierno debería hacer que los hombres gritarán en arrepentimiento. No es extraño que los escépticos de todos los tiempos hayan atacado la naturaleza eterna del infierno, sustituyéndola por doctrinas como la aniquilación de los incrédulos. Echemos una mirada más a las Escrituras para verificar la naturaleza eterna del infierno y tratar de entender mejor la eternidad. Después miraremos por qué tiene que ser eterno el infierno.

"Y el diablo que los engañaba fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde también está la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 20:10). Este versículo nos muestra con claridad la duración del infierno. El infierno es por los siglos de los siglos. ¿Podría usarse una afirmación más tajante que esta? Si el Espíritu de Dios quiso comunicar a los seres humanos la naturaleza eterna del infierno, ¿que puede comunicar esto mejor que la expresión "por los siglos de los siglos"? La Escritura no contiene otra mayor expresión que denote eternidad sino "por los siglos de los siglos", porque es la misma afirmación que se aplica a la existencia eterna de Dios mismo: "Al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 4:9). ¿Hay quien dude de que Dios vivirá por toda la eternidad? ¿Por qué, entonces, dudas que el infierno permanecerá toda la eternidad siendo que se utiliza la misma expresión para ambos?

"No es mucha la idea que podemos hacernos de esta cuestión, pero, para ayudarles en su manera de concebirla, imagínense en medio de una hoguera o de un gran horno, donde su dolor sea mucho más grande que el ocasionado por el roce accidental de un carbón ardiendo, puesto que su calor es superior. Imaginen también que sus cuerpos sean retenidos en ese lugar durante un cuarto de hora, en plena conciencia, cuán grande el horror de entrar en semejante horno! ¡Y que largo les parecería ese cuarto de hora! Después de haberlo soportado durante un minuto, que insufrible sería pensar que todavía faltaban otros catorce. Pero, ¿cuál sería el efecto producido en sus almas, si ustedes supiesen que tendrían que permanecer en ese tormento durante veinticuatro horas... o un año entero... o miles de años? Oh, entonces, cómo se hundirían sus corazones si supieran que habrían de sufrirlo año tras año, ¡qué no habría final! Sin llegar nunca al final! ¡Que después de un millón de millones de siglos, su tormento no estaría más cerca de su final que al principio, y que nunca serán liberados! Pero el tormento en el infierno será inmensamente superior a lo que esta ilustración representa."

El Señor Jesús, describiendo el día del gran juicio final, se refiere a la separación de los impíos de los justos con estas palabras: "Y éstos irán al castigo eterno, pero los justos a la vida eterna" (Mateo 25:46). ¿Hay alguien que niegue que el cielo exista eternamente? ¿Tendrá fin algún día futuro, la bendición de los justos en el cielo? Naturalmente que no; sin embargo, la misma palabra griega empleada en este versículo para la vida eterna de los justos es la que se utiliza para el castigo eterno de los injustos. El infierno durará tanto como el cielo.

En el infierno habrá diferentes grados de castigo determinado para cada ser humano según indican algunos pasajes de la Escritura. Lucas 12:47-48 dice: "Y aquel siervo

que sabía la voluntad de su señor, y que no se preparó ni obró conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que no la sabía, e hizo cosas que merecían castigo, será azotado poco. A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él; y al que mucho le han confiado, más le exigirán". En Mateo 11:24 Cristo dice: "Os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma que para ti". Los versículos de Mateo indican que la gente de Capernaúm recibirá mayor castigo en el día del juicio que aquellos que vivieron en la depravada Sodoma. Los versículos de Lucas hablan de una distinción en el juicio basada en la cantidad de luz recibida: algunos recibirán muchos azotes mientras que otros recibirán pocos.

Quienes cometen mayores o más pecados que otros recibirán mayor castigo en el infierno (Juan 19:11). Los hipócritas religiosos, aquellos que profesan la fe cristiana, pero no son realmente cristianos, serán más severamente castigados que el resto (Mateo 23:14-15). El Señor dijo de Judas Iscariote: "Mejor le fuera a ese hombre no haber nacido" (Mateo 26:24). ¿Cómo se podrían hacer estas afirmaciones si fuera cierto que la aniquilación es lo único que hay después de la muerte? La presencia de diferentes grados de castigo sólo tiene sentido a la luz de la capacidad de sentir el castigo. ¿De qué modo puede decirse que hubiera sido mejor para Judas no haber nacido si la aniquilación es todo lo que le esperaba? La aniquilación o extinción no es castigo en absoluto.

Cada vez que el incrédulo peca aumenta el nivel de su tormento en el infierno. La persona que peca el doble que otra con similar luz, recibirá el doble de castigo. Cada día que el pecador continúa viviendo y respirando aquí en la tierra sin arrepentirse añade a su castigo en el infierno. Romanos 2:5 dice: "Mas por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás acumulando ira para ti en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios". El Señor Jesús exhortó a los justos a hacerse tesoros en el cielo antes que en la tierra. Los impíos aumentan su ira y tormento futuro en el infierno cada momento que continúan pecando. Añaden a su castigo diariamente. En el infierno los hombres desearán no haber nacido.

Charles Haddon Spurgeon dijo: "En el infierno no hay esperanza. Ni siquiera la esperanza de morir: la esperanza de ser aniquilados. ¡Están perdidos por los siglos de los siglos! En cada eslabón de la cadena del infierno está escrito: "para siempre". En las llamas del infierno se iluminan estas palabras: "para siempre". Encima de sus cabezas ellos pueden leer: "para siempre". Su mirada está desencajada y sus corazones dolorido con la idea de que es "para siempre". Oh, si pudiera decirles esta noche que el infierno se apagará un día y que aquellos que están perdidos podrán ser salvos, habría una verdadera fiesta en el infierno de solo el pensarlo. Pero no puede ser; es "para siempre" que han sido arrojados a las tinieblas de afuera".

Christopher Love emplea una ilustración para tratar de ayudarnos a entender lo que significa la eternidad: "Supongan que todas las montañas de la tierra fueran montañas de arena, y que más y más montañas fueran añadidas hasta alcanzar el cielo, y que un pajarito puede tomar un grano de arena cada mil años de esa gigantesca montaña. Serían necesarios innumerables millones de años antes de que toda esa masa de arena desapareciera, y aun así este proceso de tiempo llegaría a un final, y sería una dicha para el hombre si el infierno no durara más que ese tiempo; pero esta es la miseria del hombre en el infierno, no tendrá más oportunidad de salir después de haber transcurrido millones de años que cuando fue arrojado allí al principio; porque su tormento se prolongará por la eternidad, sin fin, por cuanto el Dios que castiga es eterno".

Anteriormente consideramos la necesidad del infierno o la razón de que tuviera que existir un lugar como ése. Ahora analizaremos la razón por la que el infierno no sólo tiene que existir sino que debe existir eternamente. ¿Cuál es la necesidad por la que el infierno tenga que ser eterno? Son varias las respuestas que podemos explorar brevemente.

La primera razón a considerar es la que Christopher Love acaba de mencionar. El Dios que condena es un Dios eterno. "La eternidad del infierno se basa en la naturaleza de Dios".10 ¿Es eterna la Palabra de Dios? ¿Es la naturaleza de Dios eterna? La Escritura dice: "Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y por los siglos" (Hebreos 13:8). "Esplendor y majestad es su obra, y su justicia permanece para siempre" (Salmo 111:3). "La Palabra del Señor permanece para siempre" (1 Pedro 1:24). Si la Palabra de Dios es eterna, si la justicia de Dios es eterna y si Dios mismo es eterno, ¿por qué, entonces, no va a ser eterna su ira también? Como eternamente existente, todos los atributos de Dios son eternos e inmutables; por consiguiente, el infierno, como expresión de la ira divina, debe ser eterno.

El infierno debe ser eterno porque la justicia de Dios nunca quedaría satisfecha por el castigo finito de los pecadores, no importa lo mucho que durara. Cristo aclara esta cuestión cuando habla de hacer las paces con el adversario antes de ir al magistrado si no serías arrojado a la cárcel y, "Te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado aun el último centavo" (Lucas 12:59). Los hombres no pueden dar nada a cambio de su pecado. Ninguna cantidad de castigo en el infierno, no importa lo mucho que dure, puede nunca expiar los pecados. Es imposible, por tanto el infierno debe ser eterno.

En tercer lugar, el infierno ha de ser eterno porque las Escrituras dicen que el gusano que corroe la conciencia del hombre en el infierno nunca muere. "Su gusano no morirá, ni su fuego se apagará" (Isaías 66:24). Si el gusano nunca muere, entonces aquellos que son atormentados por el gusano nunca morirán.

Por último, el infierno será eterno porque los hombres continuarán pecando en el infierno. Aumentarán y agravarán su culpabilidad allí. El infierno es un lugar donde los condenados maldecirán a Dios y a ellos mismos, y se quejarán y lamentarán con lenguaje blasfemo de los hombres alrededor de ellos. Los malvados se aumentarán el tormento entre si, al acusarse y condenarse unos a los otros. Los hombres no se arrepentirán en el infierno porque el carácter de los pecadores no cambia. Continúan siendo pecadores todavía. Pecarán durante toda la eternidad, por tanto Dios los castigará eternamente.

APLICACIÓN PARA LOS CREYENTES Y LOS NO CREYENTES

Los profetas del Antiguo Testamento nos avisan constantemente de los peligros del infierno: "¿Quién de nosotros habitará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?" (Isaías 33:14). "En presencia de su indignación, ¿quién resistirá? ¿Quién se mantendrá en pie ante el ardor de su ira? Su furor se derrama como fuego" (Nahúm 1:6). Pecador, ¿eres tan arrogante como para pensar que puedes soportar la ira de Dios cuando sea derramada en toda su capacidad sobre ti? Es posible que pienses que el infierno no es tan caliente como se pinta y que podrás soportarlo bastante bien. Si crees esto eres algo más que un necio. Los terrores del infierno hacen que hasta los mismos demonios tiemblen, ¿eres tú tan necio como para permanecer inmóvil ante estos o tomarlos a la ligera?

No pienses que simplemente porque vas a la iglesia, o crees en Dios, o aceptas intelectualmente las verdades del cristianismo, escaparás del infierno. La mayoría de los que asisten a la iglesia regularmente cada semana alrededor del mundo irán al infierno. Thomas Shepard, pastor y fundador de la Universidad de Harvard (EE.UU.), escribió: "Creyentes nominales y hombres que creen ser salvos que tienen algo parecido a la fe, al pesar, al verdadero arrepentimiento, a los buenos deseos; pero solo son imágenes; engañan a otros y a sí mismos... la mayoría de los que viven en la iglesia perecerán".

Tú, que dices ser cristiano pero que no lees mucho la Biblia y oras poco: ¿cómo piensas escapar del castigo del infierno? Tú, que no te preocupas mucho de los pequeños pecados ni de los pensamientos vanos y sucios que te pasan por la mente: ¿estás preparado para ir al infierno? Tú, que piensas que el reino de Dios consiste en una confesión verbal de fe en Cristo o aceptación intelectual de que Jesús murió por tus pecados, pero que no te interesas por llevar una vida santa, piadosa, ni dedicar algún pensamiento a Dios durante la semana: ¿estás preparado para soportar los tormentos del infierno, día y noche, por los siglos de los siglos? Deberías estarlo, pues si estas cosas son ciertas de ti, estás en camino derecho al infierno, a menos que te arrepientas. ¡No te engañes a ti mismo! El cristianismo no consiste en palabras o afirmaciones piadosas o creencias intelectuales, sino en un corazón nuevo y una nueva vida apartada del pecado y dedicada a la gloria de Dios. Si tu corazón y tu vida no han sido cambiados por Dios, aún estás en tus pecados. Si estás viviendo en abierta desobediencia a la Palabra de Dios y eres indiferente a ello, no tienes ningún derecho a creer que vas a ir al cielo, por el contrario, estás en camino del infierno. Arrepiéntete de todos tus pecados y vuélvete a Jesucristo y ríndete a él como Señor. Presta atención a las palabras de Cristo: "Si tu ojo te es ocasión de pecar, arráncatelo y échalo de ti. Te es mejor entrar en la vida con un ojo, que teniendo dos ojos, ser echado en el infierno de fuego" (Mateo 18:9). "Nada menos que el negarse por completo a uno mismo, abandonar el ídolo más acariciado, abandonar el hábito pecaminoso más acariciado -figurativamente representado como cortar la mano o arrancar un ojo- es lo que Cristo exige de todo aquel que quiere tener comunión con él". Recuerda que la dificultad que conlleva abandonar todo por Cristo no es nada comparada con pasar toda la eternidad en el infierno.

No creo que nadie se espante por la idea de ir al cielo, pero sí de ir al infierno, de tal modo que pudiera comenzar a buscar a Dios de todo corazón y a implorar la misericordia divina. El ser humano está en el borde mismo del abismo del infierno, pronto a caer precipitado en él, y aún así, completamente inconsciente de semejante peligro. Si oír hablar del infierno puede conseguir que personas insensibles a su real situación consideren las verdades eternas, entonces, predicar sobre el infierno es bastante beneficioso. Es mejor considerar ahora el infierno, mientras vivas; y ser aterrorizado por esto, que no tener que soportarlo luego.

No quisiera que estuvieras más atemorizado del infierno como de pecar. El pecado es tu real enemigo. El pecado es peor que el infierno porque el pecado dio a luz el infierno. ¿Estás dispuesto a ir al infierno por toda la eternidad a cambio de unos cuantos placeres y lujuria aquí en la tierra? ¡Huye del pecado! Deja de vivir para el yo y la auto gratificación y acude a Jesucristo. Cuando mueras será demasiado tarde. Toda oportunidad de arrepentimiento se limita a la vida en la tierra.

Esta doctrina es tan beneficiosa para el justo como para el injusto. La doctrina del infierno debería llevar al justo a temer a Dios. Un temor santo es útil de muchas maneras. Aquel que teme a Dios en su corazón tiene un mayor respeto por los mandamientos de Dios. Quien realmente teme a Dios no temerá a los hombres y preferirá enemistarse con los hombres que con Dios (Isaías 8:12-13). Esta doctrina debería aumentar la fidelidad y el gozo del justo en Cristo, puesto que ha sido salvado de los tormentos del infierno y, del mismo modo, debería aumentar su amor por Cristo que soportó la ira de Dios en la cruz en su lugar.

La doctrina del infierno tendría que producir en ti temor al pecado. Tendría que hacer que temieras hasta los pecados más pequeños y ser diligente de confesarlos, tanto de corazón como de pensamiento y vida. Deja que la doctrina del infierno te guarde de practicar el pecado.

La doctrina del infierno debería ayudar al creyente a ser paciente en los días de aflicción. No importa lo grande que sean tus tribulaciones en este mundo, son mucho más pequeñas que los tormentos del infierno, de los cuales el Señor ha salvado a los santos. Puede que tengas que atravesar tormentos menores en este mundo, pero recuerda que son meramente temporales y que has sido liberado del más grande de todos ellos de modo que puedas regocijarte aún en el tiempo de la aflicción.

Esta doctrina ayuda a motivarte a testificar a otros de Cristo y su mensaje. Eryl Davies escribió en su libro The Wrath of God (La ira de Dios): "La eternidad de los sufrimientos del infierno deberían hacernos más celosos y prontos a hablar a la gente del único que puede salvarles. ¿Rehuimos declarar estas solemnes verdades? ¿Nos disgusta la idea del infierno? Recuerda que Dios será glorificado incluso por medio de los castigos eternos de los incrédulos en el infierno. Su majestad ofendida será vindicada... Lo que es supremo en el propósito de Dios a la hora de elegir y reprobar a los hombres es su propia gloria, y el infierno también glorificará su justicia, su poder y su ira por toda la eternidad. Mientras tanto es nuestra responsabilidad orar y procurar la salvación de los pecadores antes que castigo tan horrendo caiga sobre ellos".

No puedo terminar sin una palabra final dirigida a aquellos que se creen convertidos pero que no lo están, y también para aquellos que saben que no están convertidos. ¿Puedes concebir la eternidad? Detente un momento y trata de imaginar ser atormentado incesantemente, para siempre, sin final. ¿Esto no te aterroriza? Jamás una oportunidad de descanso; o una gota de agua fría que refresque la garganta. Piensa de nuevo la duración de la eternidad. Trata de imaginártela: día y noche, por los siglos de los siglos, ardiendo con fuego como una araña en una hoguera. Gritos, lamentos, dolor, maldiciendo el día de haber nacido; y siendo maldecido eternamente por los demonios y condenados alrededor. Recordando, siempre recordando las veces que fuiste advertido en la tierra y cómo ignoraste todos aquellos avisos: autosatisfecho y auto engañado, creyendo que todo estaba bien con tu alma. La mujer de Job le dijo a éste que maldijera a Dios y muriera. A no ser que te arrepientas y vayas a Cristo, quien es tu única esperanza, serás maldito por Dios y eternamente atormentado por Él en su presencia, en la terrible plenitud de su ira, sin que nunca puedas morir. Nunca morirás. ¡Tú no morirás jamás! ¡La eternidad es para siempre!

segunda-feira, 12 de abril de 2010

La Familia y Sus Valores.

¡Qué tal amigos! Lo primero que quiero mencionar, es la descripción del término “familia” que en el griego es muy expresivo. Tenemos en el griego cinco sustantivos, de los cuales voy a describir el más enfático de todos ellos, y es la palabra: “Patriá” (patria) y su gran significado es: “Referencia a todos aquellos que están espiritualmente relacionados con Dios el Padre, siendo El, el autor de su relación espiritual con El como hijos suyos, quedando unidos entre sí en una comunión familiar (patria esta relacionado con pater, un padre amoroso y protector, viene de una raíz que significa un nutridor, protector, sustentador)”.

Patriá, no esta relacionado con patria potestad, aunque se saca la palabra de aquí. Para “patria potestad” esta la palabra: oikodespotes = de oikos = casa y déspotes = señor, amo (se traduce señor de la casa Mr. 14:14.) de aquí sale la palabra déspota.

La palabra patriá, aparece en Efesios 3:15. y lo que Pablo quiere decir es que todos los hombres en la tierra y aun los ángeles en el cielo reciben el nombre de familia de Dios, el amoroso y el gran Padre de todos.

También la palabra aparece con un sentido más amplio de nacionalidades, razas, Hech. 3:25.

Y por ultima vez aparece en Lc. 2:4. hablando de la familia de David. Solo aparece 3 veces.

Debemos de notar que cada padre de familia, (oikodespotes) = “señor de la casa” debía tener un sentido muy amplio de lo que era enseñar o disciplinar, en el griego la palabra es “paideuo”, proveniente de la palabra griega paidion = niño.

El verbo paideuo (paideuvw,) su significado es, instruir a niños, enseñar. Se traduce «fue enseñado» en Hech. 7:22.; «corrija» en 2 Ti. 2:25.; «enseñando» en Tito 2:12. Este verbo se usa de disciplina familiar, como en He. 12:6, 7, 10.

En 1 Ti. 1:20, el verbo esta en voz pasiva, se traduce «aprendan»; lit.: «sean enseñados» pero, sea como sea que se comprenda este pasaje, es evidente que lo que se tiene en mente no es el impartir conocimiento, sino una severa disciplina.

En Lc. 23:16, 22, Pilato, habiendo declarado que el Señor era inocente de la acusación de que había sido hecho objeto, y por ello no pudiendo castigarle, ofreció débilmente, como concesión a los judíos, «castigarle, paideuo, y soltarle». Este sentido de paideuo queda confirmado en He. 12:6, donde se une (en una cita de la LXX, Prov. 3:12.) con un látigo o azote. (…y azota a todo aquel que recibe por hijo.)

Comparemos, la escena en “El Progreso del Peregrino”, donde uno de los seres resplandecientes con un látigo de cuerdas «castigó severamente» a los peregrinos que de una manera insensata se dejaron atrapar en la red del adulador, y les dijo, «a los que amo reprendo y disciplino» (paideuo).

“Disciplina”. paideia (paideiva), denota la formación dada a un niño, incluyendo la instrucción; de ahí, disciplina, corrección.

En Ef. 6:4. el apóstol Pablo ordena a cada padre, que puedan educar a sus hijos en disciplina y amonestación del Señor, «disciplina», “paideia”, sugiriendo la disciplina cristiana que regula el carácter de la familia; igualmente en He. 12:5, 7, 8, 11; en 2 Ti. 3:16 «instrucción».

No es casualidad que la palabra “Instruir” sea en el griego “paideutes” proveniente de “paidion” niño.

Dado todas estas definiciones, debemos volver a los valores que nos enseña la Biblia con relación a la familia, para obtener un hogar feliz y estable.

Observemos como Jesús terminó su maravilloso Sermón del Monte: “Dos hombres construyeron sus casas, uno la construyó sobre la roca, llegaron las lluvias y las inundaciones, soplaron los vientos, y la casa siguió en pie porque sus cimientos eran sólidos. El otro la construyó sobre arena (era más fácil y rápido), Vino el mismo tipo de tormenta, sacudió fuerte la casa, y ésta se vino abajo, quedó la casa destruida. A primera vista, podríamos llamarle “el relato de las dos casas”. Sin embargo, querido amigo, no son las casas las que más importan, sino los cimientos. La gran verdad es que debemos fundar nuestra vida y nuestra familia en Cristo, por lo tanto, podrán venir muchos ataques de parte de esta sociedad y llegaran las tormentas de la vida, pero dado que esta cimentado en Cristo Jesús podremos hacer frente a todas las adversidades del diario vivir.

No desconocemos que en estos días las presiones que sufre la familia son tan grandes que llegan a perjudicar de tal forma que se va derrumbando en forma vertiginosa. Es de sabios construir nuestro hogar sobre el único cimiento sólido y verdadero, El Señor Jesucristo.

En la parábola, son las mismas tormentas las que azotan la casa del cristiano y la del no cristiano. Todas las familias pasan por tormentas en algún momento de sus vidas: tentaciones, sufrimientos, las pérdidas de valores, o circunstancias adversas; la diferencia en cuanto a los resultados se halla en los cimientos sobre los cuales está fundado el hogar.

Además, son muchas las influencias peligrosas que amenazan la familia en estos tiempos, realmente hace falta fortaleza para ir en contra de estas presiones y permanecer leal a los valores de la familia. La única forma de combatir estas presiones es decidir qué conducta es la correcta según las normas de la Biblia. Por eso es imprescindible volver a la Palabra y ver el gran secreto que nos da el escritor de Romanos (Pablo) cuando escribe en el capitulo 12:1-2. ” Ir transformándonos a la imagen de Cristo”. Esto requiere que se seleccionen de manera muy cuidadosa los valores que son realmente importantes. Los valores son aquellos principios de vida que se aprenden por medio de la experiencia, tienen mayormente su origen en las actitudes que se aprenden en el hogar. Al escribirle a Timoteo, Pablo señala que los valores del mundo son contrarios a la voluntad de Dios sobre nuestra vida. también le advierte al joven Timoteo en 1 Ti. 6:11-12: “Huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe.”

¡Mantengamos en alto los valores verdaderos!

domingo, 11 de abril de 2010

Un acercamiento positivo

Introducción:

Carlos R Swindoll dijo: “ Puede que esto le sorprenda, pero la decisión mas significante que yo puedo tomar día a día es mi elección de actitud.” Es mas importante que mi pasado, que mi educación, que mi cuenta de banco, que mis logros o fracasos, que la fama o el dolor. Lo que otras personas piensan o dicen de mi, mis circunstancias, o mi posición. Mi actitud es el hilo que me mantiene en pie o la que me incapacita. Cuando mi actitud es correcta no hay barrera muy alta, ningún valle muy profundo, ningún sueño tan extremo, ningún reto que sea tan grande.”

Ilustración

Un hombre que tenia una mansión quería venderla, mando llamar a un vendedor de casas, y le pidió que escribiera todos los aspectos de la mansión con toda la propiedad. Cuando el vendedor termino de describir aquella mansión que el hombre quería vender, cuando el vendedor empezó a decirle al hombre todos los aspectos de su mansión, el hombre de repente comento; “No creo que vaya a vender esta mansión después de todo”Porque he estado buscando una mansión como esta toda mi vida, y no me había dado cuenta de que ya la tenia.

El futuro es una oportunidad no conocida, un camino no transitado, una vida no vivida, mas como el futuro sea vivido, que oportunidades serán conocidas, que caminos serán transitados, depende en las prioridades y los propósitos de la vida hoy en día.

a) Por un lado, el futuro puede verse como una oportunidad

b) Por el otro lado, el futuro debe de verse como una elección, y esto depende en que prioridades y propósitos nosotros escogemos vivir.

Hoy estaremos hablando sobre el tema “UN ACERCAMIENTO POSITIVO”

Definición

Acercamiento – Es el carácter o modo de hacer las cosas, es cuantas ganas tu le hechas, no solo en la vida, sino también aquí en la iglesia.

Cuando hablamos de “ UN ACERCAMIENTO POSITIVO” No decimos que se debe de ignorar el pecado, o que no debemos de hablar con Dios para que condene el pecado, o que nunca debemos de identificar problemas, o que debemos ignorar las cosas que deberían de ser corregidas o cambiadas.

Mas a lo que me refiero en cuanto a “UN ACERCAMIENTO POSITIVO” hablamos de una manera de hacer lo que se necesita hacer, una manera de tratar con las personas, y también en una manera de formar el futuro de la iglesia en la mejor y mas positiva forma.

1) UN ACERCAMIENTO POSITIVO COMIENZA CON UNA FE SERIA Y SINCERA

Daniel 3:16-18 “16Sadrac,Mesacy Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto.17He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiente; y de tu mano, OH rey, nos librara.18Y si no, sepa, OH rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.”

Yo agarro la idea de que nadie podría desanimar a estos hombres – tenían mucha fe.

TAMBIÉN TENÍAN LOS 2 INGREDIENTES NECESARIOS DE LA FE

1) Una Fe sincera -- es cuando la persona cree en que Dios vendrá a ayudarle en el momento preciso.

2) Una Fe seria – es cuando la persona toma las cosas de Dios en serio, no anda jugando con Dios.

La Fe levanta la esperanza, y la esperanza levanta el valor, y el valor levanto un estilo de vida que no se conforma con nada menos que darle la gloria a dios en su manera de vivir.

ESTA ES LA CLASE DE FE QUE LA IGLESIA NECESITA EL DÍA DE HOY

Hebreos 11:17-40 (Leerlo en clase)

El futuro de la iglesia será determinado por la calidad de vida que nosotros vivimos, la misma fe que aquella gente tenia.

Echa fuera la fe, y nos encontraremos solos, con nada mas que con nuestra propia prudencia y poder, nuestras propias fuerzas, y finalmente con nuestras propias habilidades, esto no nos da mucho con que ser positivos.

Estando seguros en nuestra fe en Dios y en su hijo Jesucristo, nos estaremos enchufando en un poder que siempre a llevado al pueblo de Dios solo a la victoria.

Es aquí donde la iglesia necesita escoger, si echar fuera la fe, o si vivir una vida llena de fe.

3) UN ACERCAMIENTO POSITIVO SE ALIMENTA EN UNA ATMÓSFERA DE RESPETO Y DE AMOR

Mateo 22:37-39 “37Jesus le dijo: Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente,38este es el primero y grande mandamiento.39Y el segundo es semejante: Amaras a tu prójimo como a ti mismo.

Juan 13:34-35 “34Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros: como yo os he amado, que también os améis unos a otros.35en esto conocerán todos que son mis discípulos, si tuviereis amor los unos por los otros.”

Romanos 12:9-21 (Leer en clase)

Esto es mas importante de lo que nosotros pudiéramos pensar –el futuro de cualquier iglesia es un fracaso al menos de que el AMOR venga a ser algo real y no solamente algo hablado.

1. Las personas que aman a Dios, nunca se cansan de Dios:

a) Ellos no se cansan de oír o aprender de Dios

b) Ellos no se cansan de servir a Dios

c) Ellos no se cansan de darle a dios un lugar permanente en sus vidas

2. El hermano que ama a su hermano es alguien que sabe que el amor no es solo una palabra.

a) El amor no trata mal a las personas

b) El amor no lastima a nadie

c) El amor siempre se comporta como que todas las personas son importantes

Yo creo que es tiempo de darnos cuenta que una iglesia llena de amor se comporta como que en ella si existe el verdadero amor, y no solamente dicen tenerlo.

4) UN ACERCAMIENTO POSITIVO CREE QUE DIOS TIENE UN PROPÓSITO PARA NOSOTROS

ILUSTRACIÓN

Un hombre se paro para platicar con un granjero quien estaba construyendo un edificio. El hombre le pregunta al granjero;”¿Que es lo que usted construye?. Contestándole el granjero dijo: Bueno, si puedo rentarlo, será una cabaña, si no la puedo rentar, será una granja.”

Hay veces que esta también es nuestra versión de levantar una iglesia, nada mas construimos sin saber que es lo que estamos construyendo.

Salmos 33:11 – “ el consejo de Jehová permanecerá para siempre, los consejos de su corazón por todas las generaciones.”

Jeremías 29:11 “ Porque yo se los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, Pensamientos de paz , y no de mal, para daros el fin que esperáis.”

Por esto es muy importante que empecemos a pensar en los planes de Dios, y empezar a conectar nuestros planes a los de El.

1) Dios nos a mandado al mundo a predicarles el evangelio a los perdidos

2) Dios nos a mandado al mundo para ser la sal y la luz del mundo

3) Dios quiero escuchar nuestra alabanza y recibir gloria de nosotros

4) Dios nos a mandado al mundo para quitar el dolor a otros, por medio de Jesucristo

5) Si Dios hace todos estos planes para nosotros, como es que nosotros nada mas construimos sin saber que es lo que estamos construyendo.

sábado, 10 de abril de 2010

“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”

Cuando leemos en los Evangelios las circunstancias que rodearon la muerte de nuestro Señor Jesucristo, salta a la vista la intensidad de sus sufrimientos, tanto físicos como emocionales. El Señor había sido literalmente masacrado por los soldados romanos antes de llegar a la cruz.

Y no podemos minimizar el enorme sufrimiento emocional y mental que debe haber sido para Él percibir la maldad humana en toda su crudeza y su fealdad.

Pero aunque Cristo era 100% humano como tú y como yo, y sus terminaciones nerviosas funcionaban como la tuya y la mía, su dolor más intenso le sobrevino de la fuente más inesperada.

“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?” (Sal. 22:1-2).

Las palabras que encabezan este Salmo fueron repetidas literalmente por nuestro Señor Jesucristo un poco antes de su muerte, y expresan uno de los más grandes misterios de toda la Biblia. Al Espíritu Santo le plugo revelarnos que Cristo fue desamparado por su Padre en el momento más terrible de todo su ministerio.

No se trataba simplemente de una sensación de abandono, como la que experimentan los creyentes en ocasiones, sobre todo cuando están atravesando por un fuerte período de aflicción y no perciben la presencia de Dios en sus vidas. Esa sensación de abandono no corresponde con la realidad.

La Palabra de Dios nos asegura que no existe ninguna cosa creada, ni en el mundo físico ni en el mundo espiritual, que pueda separarnos del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro, como dice Pablo en Romanos 8:39. Nuestro Dios es un Dios fiel, y Él ha prometido que nunca nos dejará ni nos desamparará.

Pero en el caso de Cristo cuando estaba en la cruz, el abandono no fue una mera sensación. Su abandono fue real. De hecho, esa es la única ocasión que se registra en las Escrituras en que Cristo no se dirige a Dios llamándole Padre.

Y la razón es claramente revelada en las Escrituras. Dice el profeta Habacuc que Dios es muy limpio de ojos para ver el mal (1:13); y en ese momento Cristo estaba cargando con el pecado de Su pueblo. En una dimensión que nosotros no podemos entender, Cristo fue hecho pecado, para que nosotros pudiésemos ser justificados.

“Todo nosotros nos descarriamos como ovejas, dice en Isaías 53, cada cual se apartó por su camino; más Jehová a cargo en él el pecado de todos nosotros” (Is. 53:6).

Esa es la esencia del mensaje del evangelio, que Aquel “que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Cor. 5:21).

Y cuando eso estaba sucediendo, cuando Cristo fue hecho pecado por amor a Su pueblo, el Dios perfectamente santo y justo no pudo tener con Él la comunión deleitosa que siempre había tenido desde toda la eternidad.

Esto es difícil de entender para nosotros, porque tomamos el pecado con mucha ligereza. Pero para Dios el pecado es algo tan serio que para redimir al pecador, Alguien adecuado tenía que asumir la culpa y pagar por ella. La segunda persona de la Trinidad se hizo hombre y murió en una cruz, porque era imposible salvar al hombre de otro modo.

En la cruz del calvario Jesucristo sufrió el infierno que todos nosotros merecíamos por causa de nuestras transgresiones. Toda la ira de un Dios tres veces santo fue derramada sobre él.

Es por eso que dice la Escritura que Cristo es la propiciación por nuestros pecados, en otras palabras, él tomó sobre sí la ira justa de Dios por causa de nuestros pecados. Y lo hizo voluntariamente, por amor a nosotros.

Ese clamor de Cristo en la cruz que se expresa en el Salmo 22 no fue una expresión de duda, sino de agonía. Cristo sabía por qué había sido desamparado (comp. vers. 3); Él sabía de antemano que eso iba a suceder, y aún así, por amor a nosotros, decidió voluntariamente pasar por ese valle de sombra de muerte (comp. Mt. 16:21-23. – Jn. 12:27. ).

Él sabía que había venido a morir, pero sabía también que la muerte no tendría sobre él la última palabra. Por eso clama a Dios, a pesar del desamparo, y apela al hecho de que seguía siendo su Dios: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Esto parece paradójico; si se sentía desamparado ¿por qué clamó Dios?

Porque la fe de Cristo como Hombre aún se mantenía intacta. El mero hecho de citar este Salmo en esa hora de agonía, era una prueba de eso. El Señor conocía el Salmo 22 de memoria y sabía que concluye con un canto de victoria, no con un grito de frustración.

¿Cuál es, entonces, el sentido de esta pregunta? El mismo Salmo lo aclara en el resto de la estrofa: “Dios mío, clamo de día, y no respondes; y de noche, y no hay para mí reposo”.

Uno de los aspectos que debemos tomar en cuenta al estudiar la poesía hebrea, es el hecho de que posee una rima de pensamiento: usualmente la segunda línea de alguna manera explica o complementa la primera.

Y eso es precisamente lo que tenemos aquí. Cristo no está preguntando la razón de su desamparo, sino expresando su angustia por la extensa duración de esta agonía: “de día… y de noche” (refiriéndose probablemente a la oscuridad que había cubierto la tierra).

No podemos olvidar que la naturaleza humana de Jesús era realmente humana. Y es como Hombre que Él está clamando aquí: “¿Dios mío, Dios mío, por qué me has desamparado por tanto tiempo? ¿Cuántas horas más debo soportar esta agonía?”

Ya llevaba casi seis (6) horas en este suplicio, y él sabía perfectamente que aquello no iba a terminar hasta que bebiera la última gota de esa copa de la ira divina.

Así que este no es grito de duda, sino el clamor de un alguien que está atravesando por el más intenso sufrimiento que hombre alguno haya experimentado jamás. Por eso continúa librando esta batalla en oración, clamando a ese mismo Dios que lo había desamparado.

Esa es una de las características más impresionantes del Salmo 22; comienza con un grito de desamparo, pero a cada estrofa del Salmo que describe los sufrimientos del Salvador, le sigue inmediatamente una oración a Dios (vers. 3-5.

“Pero tú eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel. En ti esperaron nuestros padres; esperaron, y tú los libraste. Clamaron a ti, y fueron librados; confiaron en ti, y no fueron avergonzados” (vers. 3-5).

El Señor está apelando aquí al carácter de Dios, de manera particular a su santidad y fidelidad. Porque Dios es santo, siempre se ha mostrado como un Dios fiel para aquellos que han puesto su confianza en Él.

Aunque en ese momento su oración no parecía estar siendo oída, Él sabía que Dios tenía una buena razón para su dilación, y que en el momento oportuno sería librado, como lo hizo con Su pueblo en tantas ocasiones.

Y Su oración fue respondida. Al tercer día se levantó victorioso de la tumba y hoy está sentado a la diestra de Dios intercediendo por los Suyos, esperando la llegada de aquel día en que regresará victorioso a establecer Su reino de paz y justicia. Sí, debemos meditar en la muerte de nuestro Salvador, pero no para mirarle con pena. Debemos estar infinitamente agradecidos por Su amor, pero al mismo tiempo confiados en que seguimos a un Rey cuyo reino nunca tendrá fin.

sexta-feira, 9 de abril de 2010

Doctrinas esenciales de la Biblia

La Biblia

Ya que Dios existe, también la Palabra de Dios debe existir, pues ¿no se comunicaría el Creador con Su creación? Puesto que Dios nos creó como seres racionales y ya que El nos ama lo suficiente para proveer por nosotros, seguramente El desea comunicarse con nosotros y así cumplir Su propósito para la creación. Todos los seres inteligentes buscan comunicarse, y la Inteligencia Suprema no es una excepción.

Esperaríamos que Dios registraría Su mensaje en forma escrita, el medio histórico más apropiado para la precisión, la preservación, y la propagación. Y la siguiente evidencia demuestra de una manera convencedora que la Biblia es la Palabra única de Dios al hombre en forma escrita: (1) sus pretensiones únicas, (2) su autoridad autovindicatoria, (3) el testimonio de los apóstoles y profetas, (4) la integridad de Jesucristo, quien endosó el Antiguo Testamento y comisionó a los escritores del Nuevo, (5) la naturaleza y calidad de su contenido, (6) su superioridad moral, (7) su unidad, a pesar de mas de cuarenta escritores abarcando mas de 1,600 años, (8) la falta de una alternativa creíble, (9) su concordia con la historia, la arqueología, y la ciencia, (10) su indestructibilidad, (11) su universalidad, (12) su influencia sobre la sociedad, (13) el testimonio del Espíritu, (14) su poder para cambiar vidas, (15) sus promesas y sus milagros cumplidos, (16) sus profecías cumplidas, y (17) la falta de una explicación alternativa de su origen.

Ciertamente esperaríamos que la Palabra de Dios se identificaría como tal, y cada libro de la Biblia pretende, ya sea directa o indirectamente, ser la Palabra de Dios. De todos los libros de las grandes religiones del mundo, solo un libro fuera de la Biblia se jacta de igual autoridad el Korán y su contenido imaginativo y contradictorio no apoya su pretensión. El libro más moral del mundo, la Biblia, no proclamaría la mentira más grande del mundo. Nadie fuera de Dios podría haber sido el autor de la Biblia, pues seres buenos no profesarían falsamente ser divinamente inspirados, y seres malos no enseñarían una moralidad tan alta. La Biblia es inspirada por Dios, literalmente “respirada de Dios.” “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (II Timoteo 3:16). Los santos hombres de Dios escribieron siendo inspirados por el Espíritu Santo (II Pedro 1:21).

La inspiración se extiende a todas partes de la Biblia y a cada palabra. Aunque los escritores humanos escogieron palabras que reflejaban su idioma, cultura, personalidad, circunstancias, y estilo, Dios guió el proceso de manera que cada palabra comunicaría con certeza Su mensaje. Como resultado, la Biblia es infalible, inerrante, y la única autoridad para doctrina y vida cristiana. La Biblia es verdad.

Los treinta y nueve libros del Antiguo Testamento fueron reconocidos como Escrituras por los hebreos antiguos, y Jesús y los apóstoles citaron de o aludieron a casi todas ellas. Los veintisiete libros del Nuevo Testamento fueron aceptados por los Cristianos desde los tiempos más tempranos, incluso los contemporáneos de los escritores en la mayoría de los casos (II Pedro 3:15-16), y son reconocidos como Escrituras por toda la Cristiandad.

A veces pueden surgir errores al copiar, traducir, o imprimir las Escrituras, pero Dios ha mantenido Su mano sobre el proceso de transmisión para preservar Su palabra para siempre (Salmo 100:5). La exactitud del texto hebreo del Antiguo Testamento fue protegida por la extremadamente alta calidad del proceso de transmisión escribal y ha recibido verificación dramática por el descubrimiento reciente de los antiguos pergaminos del Mar Muerto. La exactitud del texto griego del Nuevo Testamento es asegurada por el extremadamente grande número de manuscritos-más de 5,000-que cancelan los errores de los copiadores.

La versión King James es la Biblia más popular en el inglés (la versión Reina-Valera es la más popular en el español). Fue traducida a través de un periodo de siete años por cuarenta y siete teólogos y lingüistas. Cada uno de ellos era un erudito célebre quien se hallaba firmemente comprometido a la inspiración y autoridad de las Escrituras.

La versión New King James es una revisión en lenguaje moderno que busca preservar la exactitud y hacerla mas fácil de entender. Los estudiantes de la Biblia deben usar el método literal de interpretación, que significa seguir la implicación natural o usual de una expresión-el significado ordinario y aparente de las palabras-en vez de buscar un significado oculto, alegórico, o “espiritual.” Es importante usar lógica sana y estudiar palabras, gramática, trasfondo, contexto, estilo literario, historia, geografía, cultura, lenguaje figurativo, símbolos, parábolas, y tipos. Al estudiar la Biblia, debemos mantener en mente varios puntos: (1) es necesario tener la iluminación del Espíritu, (2) la Biblia es básicamente clara y propuesta para ser entendida, (3) la Escritura interpreta a la Escritura, (4) la verdad se revela progresivamente desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo, (5) la Biblia presenta una teología unificada, (6) ninguna doctrina es basada en un solo pasaje o se halla escondida en pasajes oscuros, (7) la Biblia está acomodada a la mente humana (pero no al error), y (8) cada pasaje tiene un significado primario pero puede tener varias aplicaciones.

Podemos tener confianza de que Dios nos ha revelado, preservado, y transmitido Su Palabra hoy y que la podemos entender. Su Palabra es la Biblia.

La Doctrina de Dios

“Dios es Espíritu” (Juan 4:24). El no se compone de carne, sangre, huesos, o materia física. El es invisible al ojo humano, a menos que escoja revelarse en alguna manera (Juan 1:18). Dios posee individualidad, racionalidad, y personalidad. El es auto-existente, eterno, e inmutable. El es omnipresente (presente en todo lugar), omnisciente (tiene toda sabiduría y todo lo conoce), y omnipotente (todopoderoso).

La naturaleza moral de Dios incluye santidad, justicia y rectitud, misericordia y gracia, amor, fidelidad, verdad, y bondad. El es absolutamente perfecto en toda manera. I Juan 4:8 dice, “Dios es amor”; ninguna otra religión le identifica tan completamente a Dios con el amor.

Puesto que Dios es santo, El no puede tener comunión con el pecado. La justicia de Dios demanda castigo para el pecado, pero en Su amor y misericordia El dió a Su Hijo para satisfacer los requisitos de Su justicia, proveyendo a la vez salvación para pecadores arrepentidos. Los que rechazan Su gentil provisión de la salvación enfrentarán a Su juicio. Dios ama al pecador, pero Su naturaleza santa no le permite amar, condonar, o ignorar el pecado.

Dios es absolutamente e indivisiblemente uno. “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Deuteronomio 6:4). Su naturaleza eternal no contiene distinciones o divisiones esenciales. Todos los nombres y títulos de la Deidad como Dios, Jehová, Señor, Padre, Verbo, y Espíritu Santo se refieren al mismo ser. Cualquier pluralidad asociada con Dios es sola-mente una pluralidad de atributos, títulos, papeles, manifestaciones, modos de actividad, o relaciones al hombre. Muchos pasajes enfatizan la unidad de Dios (Isaías 42:8; 43:10-11; 44:6-8, 24; 45:21-23; 46:6-9; Marcos 12:28-30; Gálatas 3:20; I Timoteo 2:5; Santiago 2:19).

El título de Padre describe las funciones de Dios como padre de toda la creación, padre del Hijo unigénito, y padre del creyente renacido (Deuteronomio 32:6; Malaquías 2:10). El título de Hijo se refiere a la venida de Dios en carne, pues el niño Jesús fue concebido literalmente por el Espíritu Santo, quien era literalmente Su Padre (Mateo 1:18-20; Lucas 1:35). El título de Espíritu Santo identifica el carácter fundamental de la naturaleza de Dios. La santidad forma la base de Sus atributos morales, mientras que la espiritualidad es la base de Sus atributos no-morales. El Espíritu Santo es, específicamente, Dios en actividad, en particular ungiendo, regenerando, y habitando en el hombre-obras que Dios puede hacer porque es un Espíritu (Génesis 1:2; Hechos 1:5-8).

Estos términos también pueden ser entendidos en la revelación de Dios al hombre: Padre se refiere a Dios en relación familiar al hombre; Hijo se refiere a Dios encarnado; y Espíritu se refiere a Dios en actividad. Por ejemplo, un hombre puede tener tres relaciones o funciones significativas -como administrador, maestro, y consejero- y ser todavía una sola persona en todo sentido. Dios no es definido por ni limitado a una terciedad esencial. La Biblia nunca se refiere a Dios como una “trinidad” o como “tres personas” sino que con frecuencia le llama el Santo. El título de Verbo se refiere a la auto-expresión o auto-revelación de Dios. El Verbo de Dios es El mismo (Juan 1:1), en particular Su pensamiento, mente, razonamiento, o plan. En la persona de Jesucristo, “aquel Verbo fue hecho carne” (Juan 1:14). “Dios fue manifestado en carne” (I Timoteo 3:16).

La Existencia de Dios

El primer versículo de la Biblia le presenta a Dios como el creador del universo. La Biblia no trata de comprobar que Dios existe; presume Su existencia como fundamental. La creación misma da testimonio de que hay un Creador inteligente, omnipotente, y amante (Romanos 1:20).

Solamente puede haber tres explicaciones por la existencia del universo: (1) siempre ha existido (universo eterno); (2) llegó a existir por su propio poder (universo auto-creativo), o (3) Dios lo creó. El aceptar a cualquiera de estas requiere una fe que trasciende la comprobación científica. Es mas razonable creer en un Creador inteligente, eterno, y omnipotente que en la eternalidad o habilidad auto-creativa de la materia no racional. El orden y el diseño del universo requieren la existencia de un Diseñador. La increíble complejidad de aun las mas sencillas formas de vida demuestra que la vida no empezó por accidente o por ciega casualidad. La naturaleza moral del hombre revela que él es más que un animal inteligente; él fue creado a la imagen de un Ser racional, espiritual, y moral. Cada niño humano desarrolla una conciencia, y cada sociedad humana tiene un sentido de moralidad (Romanos 2:15).

¿Cómo podría la finita mente humana aun concebir de un Dios infinito, omnipresente, omnipotente, omnisciente, y perfecto si Dios no le impartiera aquel concepto? Cada sociedad en la historia ha expresado una creencia en un Ser Supremo, y estudios antropológicos modernos demuestran que la creencia religiosa más temprana y más fundamental es el monoteísmo, y no el politeísmo.

El testimonio de las Escrituras y la confirmación de la experiencia personal nos aseguran de que Dios a la verdad vive y se comunica con la humanidad. Últimamente, aceptamos la verdad de Su existencia por fe (Hebreos 11:6).

La Humanidad

Dios creó al hombre y a la mujer a Su imagen espiritual, moral, e intelectual (Génesis 1:27). El alma y el espíritu componen la parte eterna del hombre, incluyendo el intelecto, la personalidad, las emociones, la voluntad, el reconocimiento de sí mismo, la intuición, la conciencia, y el reconocimiento de Dios. Originalmente, la naturaleza humana era inocente y sin pecado, con un completamente libre albedrío. Adán y Eva escogieron desobedecer a Dios y entonces introdujeron el pecado a la raza humana. Todos ahora nacen con una naturaleza pecaminosa la compulsión a pecar, el dominio del pecado (Romanos 3:9; 5:12,19; 7:14).

La naturaleza pecaminosa lleva inevitablemente a hechos pecaminosos, resultando en condenación. La Biblia declara enfáticamente que todos los humanos son pecadores (I Reyes 8:46; Proverbios 20:9; Isaías 64:6). Todos están bajo el pecado y son culpables ante Dios (Romanos 3:9,19). “No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3:10). “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).

Como un resultado, la humanidad está bajo la sentencia de muerte, física y espiritualmente. “Porque la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). “El pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (Santiago 1:15). Muerte significa separación y la muerte espiritual última es la separación eterna de Dios. Todos necesitan ser salvos del pecado y de su pena, la muerte. Y Dios ha provisto salvación por medio de Jesucristo.

La Identidad de Jesucristo

Jesucristo es a la vez Dios y hombre. El es el único Dios encarnado. “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Colosenses 2:9). “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo” (II Corintios 5:19). Jesucristo es la imagen del Dios invisible, Dios manifestado en carne, nuestro Dios y Salvador, y la imagen misma de la sustancia de Dios (II Corintios 4:4; Colosenses 1:15; I Timoteo 3:16; Tito 2:13; Hebreos 1:3; II Pedro 1:1). El no es la encarnación de una de las per-sonas de una trinidad, sino la encarnación de todo el carácter, la calidad, y la personalidad del único Dios.

El reconocer la deidad de Jesucristo es esencial para la salvación. Jesús dijo, “Si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis,” haciendo referencia al nombre de Dios “Yo Soy” (Juan 8:24,58). Jesús solamente tiene poder para salvar del pecado si El es verdaderamente Dios, pues solo Dios es el Salvador y solo El puede perdonar el pecado (Isaías 43:25; 45:21- 22; Marcos 2:7).

Todos los nombres y los títulos de la Deidad se aplican apropiadamente a Jesús. El es Dios (Juan 20:28), Señor (Hechos 9:5), Jehová (Isaías 45:23 con Filipenses 2:10-11), Yo Soy (Juan 8:58), Padre (Isaías 9:6; Apocalipsis 21:6-7), Verbo (Juan 1:14), y Espíritu Santo (Juan 14:17-18).

Dios el Padre habitaba dentro de Cristo el hombre. Jesús dijo, “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30). “El Padre está en mí, y yo en el Padre” (Juan 10:38). “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre . . . el Padre que mora en mí, él hace las obras” (Juan 14:9-10). La naturaleza divina de Jesucristo es el Espíritu Santo (Gálatas 4:6; Filipenses 1:19), que es el Espíritu del Padre (Mateo 1:18-20; 10:20). “El Señor es el Espíritu” (II Corintios 3:17). Jesús es Aquel que está en el trono celestial, como vemos por comparar la descripción de Jesús en Apocalipsis 1 con la de Aquel que está en el trono en Apocalipsis 4 y por notar que “Dios” y “el Cordero” es un mismo ser en Apocalipsis 22:3-4. Jesús es también el Hijo de Dios. El término Hijo puede significar solamente la naturaleza humana de Cristo (como “elHijo murió”) o puede significar la unión de deidad y humanidad (como “el Hijo volverá a la tierra en gloria”), pero nunca se usa aparte de la encarnación de Dios. Nunca se refiere solamente a la deidad. Los términos “Dios el Hijo” e “Hijo eterno” no son bíblicos. El papel del Hijo empezó cuando Jesús fue milagrosamente concebido en el vientre de una virgen por el Espíritu Santo (Lucas 1:35; Gálatas 4:4; Hebreos 1:5).

Las Escrituras proclaman enfáticamente la completa y genuina humanidad de Cristo (Romanos 1:3; Hebreos 2:14-17; 5:7- 8). El tenía un cuerpo, alma, espíritu, una mente, y una voluntad que eran humanos (Lucas 22:42; 23:46; Hechos 2:31; Filipenses 2:5; Hebreos 10:5,10). Jesús era un humano perfecto, con todo lo que la humanidad genuina incluye. La verdadera humanidad de Cristo no significa que El tenía una naturaleza pecaminosa. El era sin pecado, El no cometió pecado, y el pecado no estaba en El (Hebreos 4:15; I Pedro 2:22; I Juan 3:5). El vino con la clase de naturaleza humana inocente que Adán y Eva tuvieron en el principio. El creer en la verdadera humanidad de Cristo es esencial para la salvación (I Juan 4:3). Si Dios no vino verdaderamente en la carne, entonces no hay sangre para la remisión de pecados; no hay sacrificio de propiciación. El propósito mismo de la Encarnación era proveer un hombre santo para mediar entre el Dios santo y la humanidad pecaminosa.

Es necesario distinguir claramente entre la deidad y la humanidad de Cristo. Aunque Jesús era a la vez Dios y hombre, a veces El actuaba del punto de vista humano y a veces del punto de vista divino. Como Padre, El a veces hablaba departe de Su auto-conciencia divina; como Hijo, El a veces hablaba departe de Su auto-conciencia humana. Solamente como un hombre podría Jesús nacer, crecer, ser tentado por el diablo, tener hambre, tener sed, cansarse, dormirse, orar, ser azotado, morir, no conocer todas las cosas, no tener todo poder, ser inferior a Dios, y ser un siervo. Solamente como Dios El podría existir desde la eternidad, ser inmutable, echar fuera demonios por Su propia autoridad, ser el pan de vida, dar agua viva, dar descanso espiritual, calmar la tempestad, contestar la oración, sanar a los enfermos, resucitar a Su cuerpo de la muerte, perdonar el pecado, conocer todas las cosas, tener todo poder, ser identificado como Dios, y ser Rey de reyes. En una persona ordinaria, estas dos listas en contraste serían mutuamente exclusivas, pero las Escrituras las atribuyen todas a Jesús, revelando Su naturaleza doble.

Aunque tenemos que distinguir entre la deidad y la humanidad de Cristo, es imposible separar a las dos en Cristo (Juan 1:1,14; 10:30,38; 14:10-11; 16:32). El Padre se unió a la humanidad para formar un solo ser-Jesucristo, la Deidad encarnada. Mientras estaba en la tierra Jesús era plenamente Dios, y no meramente un hombre ungido. A la vez, El era completamente humano, y no solamente una semejanza de hombre. El poseía el poder, la autoridad, y el carácter ilimitado de Dios. El era Dios por naturaleza, por derecho, por identidad; El no se hallaba deificado solamente por una unción o investidura. Desemejante a un creyente lleno del Espíritu, la humanidad de Jesucristo se hallaba inextraíblemente unida con toda la plenitud del Espíritu de Dios. Podemos identificar cuatro temas mayores en la descripción bíblica de la Encarnación : (1) la absoluta y completa deidad de Jesucristo; (2) la humanidad perfecta y sin pecado de Jesucristo; (3) la distinción clara entre la humanidad y la deidad de Jesucristo; y, sin embargo, (4) la unión inseparable de deidad y humanidad en Jesucristo.

Jesús es la plenitud de Dios habitando en perfecta humanidad y manifestándose como un ser humano perfecto. El no es la transmutación de Dios a carne, la manifestación de una porción de Dios, la animación por Dios de un cuerpo humano, o Dios habitando temporalmente en una persona humana aparte. Jesucristo es la encarnación-incorporación, personificación humana-del único Dios.

La Iglesia

La iglesia de Jesucristo es el cuerpo de creyentes que han sido llamados a la separación, los que han sido introducidos enCristo por el bautismo de agua y del Espíritu. La Biblia describe a la iglesia como el cuerpo de Cristo, la esposa de Cristo, y un templo espiritual en el cual mora el Espíritu de Cristo. La iglesia es a la vez local y universal. Su misión en la tierra es la de (1) adorar y glorificar a Dios, (2) evangelizar al mundo, y (3) desarrollar a los creyentes hasta la madurez. Cada creyente es su propio sacerdote a Dios (por medio de Jesús) y puede comunicarse directamente con Dios (Hebreos 4:14-16; Apocalipsis 1:6). Cada miembro de la iglesia tiene una posición de servicio, que incluye el sobrellevar las cargas los unos de los otros y orar los unos por los otros (Gálatas 6:1-2; Colosenses 4:3,12).

Dios ha dado a la iglesia ministros especiales para entrenar y equipar a los creyentes para la obra de la iglesia (Efesios 4:11- 16). (1) Apóstol-uno que es enviado con una comisión. Aunque nadie puede tomar el lugar de los doce apóstoles del Cordero, quienes eran testigos oculares de Cristo, hay otros que ejercen un ministerio apostólico por servir como misioneros y líderes pioneros (Hechos 13:2-4; 14:14). (2) Profeta-uno que imparte mensajes o dirección especiales departe de Dios (Hechos 11:27; 15:32; 21:10). (3) Evangelista-predicador a los inconversos (Hechos 21:8; II Timoteo 4:5). (4) Pastor-uno que dirige y cuida del pueblo de Dios, también llamado obispo (superintendente) y anciano (Hechos 14:23; 20:28; I Timoteo 3:1-7; Tito 1:5- 9; I Pedro 5:1-4). (5) Maestro-uno que instruye en la Palabra de Dios (Hechos 13:1). También existe el oficio de diácono (siervo). Los diáconos ayudan a los líderes espirituales en los asuntos y las actividades de la iglesia (Hechos 6:3; I Timoteo 3:8-13).

Dios ha ordenado el gobierno de la iglesia, y El da varios ministerios, papeles, tareas, o oficios a los que acabamos de mencionar (Romanos 12:4-8; I Corintios 12:28). Al mismo tiempo, los líderes deben ser siervos y ejemplos, y no dictadores (Mateo 20:25-28; I Pedro 5:3). La iglesia también tiene dones del Espíritu que permanecerán hasta el regreso de Cristo (I Corintios 1:2,7; 12:8-10). Estos dones nunca deben ejercerse en una manera contraria a la Biblia o el liderato piadoso, sino siempre con amor, en orden, y para la edificación del cuerpo. Los dones espirituales son milagrosos y sobrenaturales. Pueden clasificarse en la siguiente manera.

Dones de revelación. (1) Palabra de sabiduría-guianza, dirección, o entendimiento divino para una situación específica (Hechos 27:9-11). (2) Palabra de ciencia-revelación divina de un hecho que de otra manera sería desconocido al recipiente (Hechos 5:1-11). (3) Discernimiento de espíritus-el percibir si algo es motivado por Dios, un espíritu malo, o el espíritu humano (Hechos 16:16-18).

Dones de poder. (4) Fe-una encomendación especial de confianza en Dios para una crisis en particular o una situación aparentemente sin esperanza (Hechos 27:21-25). (5) Dones de sanidad-sanidades divinas, ya sean instantáneas o progresivas, para varios tipos de enfermedades físicas y mentales (Hechos 5:12-16). Cristo compró la sanidad para el cuerpo (Isaías 53:5; Mateo 8:16-17) y dió a los creyentes autoridad para imponer las manos sobre los enfermos para su sanidad (Marcos 16:17-18). Los ancianos deben ungir a los enfermos con aceite y orar por su sanidad en el nombre de Jesús (Santiago 5:13-16). (6) El hacer milagros-intervención directa departe de Dios en una situación, trascendiendo a las leyes naturales (Hechos 20:7- 12; 28:1-6).

Dones de expresión. (7) Profecía-un mensaje de Dios en el idioma conocido (I Corintios 14:3-4, 29-33). En un sentido mas general, cada testimonio, predicación, o alabanza ungida puede llamarse profecía (Apocalipsis 19:10). (8) Géneros de lenguas-un mensaje de Dios en un idioma desconocido a los oyentes, a ser interpretada para el beneficio de la iglesia (I Corintios 14:5, 27-28). Cada creyente puede también hablar en lenguas sin interpretación para devoción y beneficio personal (I Corintios 14:4, 14-15, 18, 28). (9) Interpretación de lenguas-el dar el significado de un mensaje público en lenguas (I Corintios 14:5, 27-28).

Jesucristo instituyó la Cena del Señor y el lavamiento de los pies en Su iglesia, y mandó la observación de los dos (Lucas 22:14-20; Juan 13:2-17; I Corintios 10:16-17; 11:23-34). La Cena del Señor consiste en comer pan sin levadura y tomar el fruto de la vid, que simbolizan el cuerpo partido y la sangre derrama-da de Cristo. La iglesia debe participar con reverencia, examinación propia, y arrepentimiento, recordando solemnemente la muerte propiciatoria de Cristo y anticipando con gozo Su regreso. Los creyentes se gozan así de comunión con El y confraternidad los unos con los otros. El lavamiento de pies enseña humildad, servicio, y confraternidad.

La iglesia local debe reunirse regularmente y con frecuencia. No es obligada a observar las leyes sabáticas, pues la iglesia no es limitada por la ley ceremonial (Hechos 15:19-29; Romanos 14:5-6; Gálatas 4:9-11; Colosenses 2:16-17). Los Cristianos se gozan de santificación y descanso espiritual a diario en el Espíritu Santo. Sin embargo, la designación de un día semanal de descanso y el señalar tiempos para adoración en grupo todavía son principios válidos. La iglesia primitiva se congregaba el día domingo para conmemorar la resurrección del Señor (Hechos 20:7; I Corintios 16:2). Cada Cristiano debe ser fiel a las reuniones de su iglesia local (Hechos 2:42; Hebreos 10:25).

La Obra Salvadora de Jesucristo

Dios vino en carne como Jesucristo para proveer salvación para Su creación caída. La Encarnación era para el propósito de la Propiciación. El evangelio, literalmente las “buenas nuevas,” es que Jesús murió, fue sepultado, y resucitó para nuestra salvación. Disímil a toda otra religión, el Cristianismo depende de la muerte y resurrección de su fundador. La santidad de Dios demanda que El se separe de la humanidad pecaminosa. La separación de Dios, la fuente de toda vida, significa muerte-físicamente, espiritualmente y eternamente-y entonces la santa ley de Dios requiere la muerte como la pena para los pecadores. Dios escogió obligarse por el principio de muerte por el pecado. Sin el derramamiento de sangre (el dar de una vida) no puede haber remisión o libertad de esta pena y no puede haber restauración a comunión con el Dios santo (Hebreos 9:22). La muerte de animales no es suficiente para remitir nuestros pecados (Hebreos 10:4), porque somos mucho mayor que ellos en que nosotros fuimos creados a la imagen espiritual de Dios. Tampoco puede una persona ordinaria sufrir la pena en nuestro lugar, pues cada uno merece la muerte eterna por sus propios pecados. Para poder proveer un sustituto aceptable, Dios vino a la tierra como un hombre sin pecado-Jesucristo. Jesús era el único hombre sin pecado que jamás ha vivido, y entonces El era el único que no merecía morir y que podría ser un sustituto perfecto. Su muerte llegó a ser la propiciación permanente por nuestros pecados. Dios no excusa a nuestros pecados sino que ha infligido la pena por esos pecados en el inocente hombre Cristo. Entonces la muerte de Cristo fue hecha necesaria por (1) la pecaminosidad de toda la humanidad, (2) la santidad de Dios, (3) la ley de Dios que requiere muerte como la pena por el pecado, y (4) el deseo de Dios de proveer salvación para los pecadores.

No hay salvación fuera del Señor Jesucristo. Jesús afirmó, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). (Véase Juan 8:24; Romanos 10:9-17.) El Antiguo Testamento tipificó la muerte de Cristo por sacrificios de animales. El pueblo de Dios ofrecía sacrificios de sangre para hacer propiciación por-cubrir, perdonar, remitir, o expiar- sus pecados. Estos sacrificios no quitaban actualmente el pecado, pero demostraban fe en y obediencia a el plan de salvación de Dios. En la cruz, Jesús pagó la pena por los pecados de todo el tiempo, y su sacrificio está al alcance de todos en toda época que creen y obedecen a Dios (Romanos 3:25).

La Biblia describe la muerte de Cristo de varias maneras:

1. Redención o rescate (Mateo 20:28; Gálatas 3:13; I Timoteo 2:6). Redimir significa librar por pagar un precio; el rescate es el precio pagado. La sangre (vida) de Cristo era el rescate que la santa ley de Dios demandaba para redimirnos del cautiverio y la pena del pecado (I Pedro 1:18-20; Apocalipsis 5:8- 10).

2. Propiciación (Romanos 3:25; I Juan 2:2). Esto significa satisfacción o aplacamiento-algo que le permite a Dios perdonar el pecado sin comprometer Su santidad y justicia. La muerte de Cristo cumplió con los requisitos justos de Dios, comprando así la remisión de pecados (Mateo 26:28; Juan 1:29).

3. Reconciliación (Romanos 5:6-11; II Corintios 5:14-21). Cristo el hombre hace mediación entre Dios y los hombres (I Timoteo 2:5). Como un hombre sin pecado El quitó la barrera entre el Dios santo y los hombres pecaminosos, restaurándonos a la comunión con Dios.

4. Sustitución (Isaías 53:5-6; II Corintios 5:21; I Pedro 2:24). Jesucristo tomó nuestro lugar y sufrió la pena que nosotros merecíamos por nuestros pecados. En este sentido El llego a cargar el pecado, a ser el sacrificio por nuestros pecados (I Corintios 5:7; Hebreos 9:28;10:10-17).

Después de que Cristo murió, Su cuerpo fue sepultado en la tumba y su alma descendió al Hades (el lugar de las almas que han partido) (Hechos 2:25-32). Después de tres días El resucitó con un cuerpo físico glorificado, victorioso sobre la muerte y el Hades. Su resurrección es esencial para nuestra salvación porque hizo efectivo a Su muerte; obtuvo Su victoria sobre la muerte (Romanos 4:25; I Corintios 15:14). Por causa de Su resurrección nosotros tenemos poder para vencer y vida nueva en Cristo además de la seguridad de la inmortalidad futura (Romanos 5:10;6:4; I Corintios 15:20-23). Cuarenta días después de la resurrección, Jesús ascendió al cielo, donde es exaltado para siempre (Efesios 1:20,21; Filipenses 2:9). Durante Su vida terrenal, El dejó las prerrogativas divinas de gloria, honra, y reconocimiento y se sometió a limitaciones humanas, pero ahora no. En el cielo, Jesucristo como Dios está abiertamente investido de todo poder, autoridad, y gloria. La Cruz era el único, final sacrificio para todo tiempo (Hebreos 10:12), y aquel sacrificio supremo provee intercesión presente por nuestros pecados y libre acceso al trono de Dios (Romanos 8:34; Hebreos 4:14-16; I Juan 2:1).

La Cruz invierte todas las consecuencias del pecado. La iglesia más que recuperará en Cristo todo lo que la raza humana perdió a causa del pecado. Los creyentes se gozan de muchas bendiciones como resultado en esta vida y recibirán la plenitud en la eternidad. Los beneficios de la obra de Cristo incluyen el perdón de pecados, vida nueva espiritual, poder sobre el diablo, sanidad para el cuerpo, y últimamente liberación de la creación de la maldición del pecado y vida eterna para los creyentes (Isaías 53:5; Romanos 8:19-23; Colosenses 1:14,20; Hebreos 2:14). La obra presente de la salvación tiene varios aspectos, que una persona recibe por fe al arrepentirse, ser bautizado en el nombre de Jesús, y recibir el Espíritu Santo (I Corintios 6:11).

1. Justificación (Romanos 3:24,26). Justificar significa declarar, contar, o considerar como justo. Esto incluye el perdón de pecados, incluso la remoción de toda culpabilidad y castigo, y la imputación de la justicia de Cristo.

2. Regeneración, o nuevo nacimiento (Juan 3:5; Tito 3:5). Esto es más que una reformación; es el impartimiento de una nueva naturaleza-la naturaleza de Dios-con un cambio de deseos y poder para vivir una vida nueva.

3. Adopción (Romanos 8:14-17; Gálatas 4:1-7). El creyente es colocado en la familia espiritual de Dios y escogido como Su heredero.

4. Santificación, o separación (Hebreos 10:10). Al ser convertida, la persona es puesta aparte del pecado. El Espíritu Santa sigue entonces a transformarle, perfeccionarle, y hacerle santa (II Corintios 3:18; I Tesalonicenses 3:13; 5:23). La obra propiciatoria de Cristo es la base para la salvación en toda época. La salvación siempre tiene su origen en la gracia de Dios y es apropiada por la fe obediente. Cristo murió por toda la raza humana (Juan 1:29; I Timoteo 2:6; I Juan 2:2). Los beneficios de Su propiciación llegan a todos los que creen en El y aplican Su obra a sus vidas (Juan 3:16; Hebreos 5:9).

La Salvación Neotestamentaria

En el contexto de las Escrituras, salvación significa liberación de todo el poder y los efectos del pecado, y tiene aspectos pasados, presentes, y futuros.

Salvación por gracia por medio de la fe. No hay nada que una persona pueda hacer para salvarse a sí misma. Ninguna cantidad de buenas obras o adherencia a leyes puede salvarle. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). La salvación es un regalo gratis de Dios, la cual el hombre no puede merecer o ganarse. La obra propiciatoria de Jesucristo ha hecho disponible este regalo gratis de la salvación, y la única manera de recibirlo es creer en Jesús y en la suficiencia de Su sacrificio (Romanos 3:24-28; 4:22-25).

La fe salvadora. El creer en Jesucristo incluye el creer Su Palabra, y el realmente creer Su Palabra incluye la obediencia. La fe es más que asentó mental, aceptación intelectual, o profesión verbal; incluye confianza, compromiso, apropiación, y aplicación. No podemos separar la fe salvadora de la obediencia (Hechos 6:7; Romanos 1:5; 2:6-10; 10:16; 16:26; Hebreos 11:6-8). La obediencia a la Palabra de Dios es absolutamente necesaria para la salvación (Mateo 7:21-27; Juan 14:15,23; Romanos 6:17; 15:18; II Tesalonicenses 1:7-10; Hebreos 5:9; I Pedro 1:21-23; 4:17; I Juan 2:3-5; 5:1-3). La fe vive solamente mediante respuesta y acción (Santiago 2:14-26). Es posible tener un grado inicial de fe en Cristo y todavía no ser salvo si no hay aceptación, compromiso, y obediencia completa (Mateo 7:21-23; Juan 2:23-25; 12:42-43; Hechos 8:12-23; Santiago 2:19). La fe es el medio de apropiar la gracia de Dios. Es el medio por el cual la gente se entrega a Dios, obedece Su Palabra, y le permite hacer Su obra salvadora en ellos. Entonces, la fe salvadora es (1) la aceptación del evangelio de Jesucristo como el único medio de salvación y (2) obediencia a aquel evangelio (aplicación o apropiación de aquel evangelio).

El evangelio y el Nuevo Nacimiento. El evangelio de Jesucristo es Su muerte, sepultura, y resurrección para nuestra salvación (I Corintios 15:1-4). Una persona responde al evangelio, o aplica el evangelio a su vida, por arrepentimiento del pecado (muerte al pecado), bautismo por inmersión en agua en el nombre de Jesucristo (sepultura con Cristo), y recibir el Espíritu Santo (vida nueva en Cristo) (Hechos 2:1-4,38; Romanos 6:1-7; 7:6; 8:2).

Jesús dijo, “El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5). Cuando una persona cree en Jesucristo y obedece a Hechos 2:38, experimenta el nacimiento de agua y del Espíritu. El es “nacido de nuevo,” actualmente llegando a ser una nueva creación (Juan 3:3, 7; II Corintios 5:17). En el arrepentimiento y el bautismo en agua, él sepulta la manera antigua y pecaminosa de vivir, el registro de los pecados pasados, y la pena de muerte por el pecado. Cuando él recibe el Espíritu Santo él empieza a vivir una vida nueva y piadosa.

En el Día de Pentecostés, el día del nacimiento de la iglesia neotestamentaria, el apóstol Pedro predico el primer sermón del evangelio a las multitudes que se habían juntado para observar a los creyentes recién llenos del Espíritu mientras ellos hablaban en lenguas y alababan a Dios. Convencidos de sus pecados por su mensaje sencillo pero poderoso, los oyentes clamaron, “Varones hermanos, ¿qué haremos?” (Hechos 2:37). Pedro dió una respuesta precisa, completa, e inequívoca: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38). Los que fueron salvos en los Evangelios fueron salvados bajo el Antiguo Pacto mientras esperaban el Nuevo. El Nuevo Pacto no entró en efecto hasta después de la ascensión de Cristo (Lucas 7:28; 24:47-49; Juan 7:39; 16:7; Hechos 1:4-8; Hebreos 9:14-17). Entonces, Hechos 2:38 es la respuesta comprensiva a una pregunta acerca de la conversión neotestamentaria, expresando en forma compacta la respuesta correcta al evangelio.

No tan solo los judíos en el Día de Pentecostés recibieron la experiencia de Hechos 2:38, sino que los samaritanos, el apóstol Pablo, los gentiles, y los discípulos de Juan en Efeso la recibieron también (Hechos 8:12-17; 9:17-18 con 22:16; 10:44-48; 19:1-6). En breve, el mensaje de salvación en el Nuevo Testamento es arrepentimiento del pecado, bautismo en agua en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y el recibir el Espíritu Santo con la señal inicial de hablar en lenguas.

Arrepentimiento. El arrepentimiento es una media vuelta desde el pecado hacia Dios (Hechos 26:18-20). Tiene tres aspectos necesarios: un cambio intelectual (cambio de opiniones), un cambio emocional (cambio de sentimientos), y un cambio volicional (cambio voluntario de propósito). Incluye reconocimiento del pecado (Marcos 2:17), confesión del pecado a Dios (Proverbios 28:13; I Juan 1:9), contrición o tristeza según Dios por el pecado (Salmo 51:17; II Corintios 7:10), y una decisión de abandonar el pecado (Proverbios 28:13; Lucas 3:7-8). Juntamente con el arrepentimiento viene la disposición a hacer restitución por los pecados pasados, lo más posible (Mateo 5:23-24; Lucas 19:8).

El arrepentimiento es la primera respuesta de la fe al llamado de Dios (Marcos 1:15). Es absolutamente necesario para la salvación (Lucas 13:3,5; Hechos 17:30; II Pedro 3:9). Sin el arrepentimiento el bautismo no es efectivo, y sin el arrepentimiento una persona no puede recibir el Espíritu Santo (Hechos 2:38; 3:19). En el arrepentimiento, la persona empieza a dejar que Dios obre en su vida. Se decide a dejar el pecado y permite que Dios le vuelva. Como parte del apartarse del pecado, Dios le enpodera para quebrar sus ligaduras a los deseos y hábitos pecaminosos. Como parte de la vuelta hacia Dios, el arrepentimiento prepara el camino para que tenga una relación personal con Dios, calificándole para bautismo de agua y del Espíritu. La obra de perdón y remisión viene mediante arrepentimiento y bautismo en agua (Hechos 2:38). El arrepentimiento trata con la manera pecaminosa de vivir de la persona, y el bautismo trata con el registro y las consecuencias del pecado.

Bautismo en Agua. El bautismo en agua es parte de la salvación (I Pedro 3:21). Expresa fe en Dios por obediencia a Su Palabra (Marcos 16:16; Hechos 2:41). El modo bíblico del bautismo es inmersión en agua, y solamente este método retiene el simbolismo bíblico del bautismo como una sepultura (Mateo 3:16; Hechos 8:36-39; Romanos 6:4). La fe en Cristo y el arrepentimiento del pecado se necesitan para que sea válido; entonces el bautismo de los infantes no es apropiado (Mateo 3:6-11; Hechos 2:38; 8:37).

El significado bíblico del bautismo en agua es lo siguiente: (1) Dios remite el pecado en el bautismo en agua (Hechos 2:38; 22:16). Dios borra el registro del pecado y cancela su pena. El lava los pecados, sepultándolos para siempre. (2) El bautismo es parte del nuevo nacimiento (Juan 3:5; Tito 3:5). (3) El bautismo le identifica a la persona con la sepultura de Jesús (Romanos 6:4; Colosenses 2:12). Indica que él ha muerto a los pecados por el arrepentimiento y que está sepultando sus pecados pasados, el dominio del pecado, y la manera de vivir pecaminosa. (4) El bautismo en agua es parte del único bautismo de agua y del Espíritu que coloca a los creyentes en Cristo (Romanos 6:3-4; Gálatas 3:27; Efesios 4:5). Los identifica personalmente con Jesús y es parte de la entrada a Su familia. (5) El bautismo es parte de la circuncisión espiritual (Colosenses 2:11-13).

La Biblia enseña que el bautismo debe administrarse en el nombre de Jesucristo. Esto significa invocar el nombre de Jesús oralmente (Hechos 22:16; Santiago 2:7) y rebautizar a los que han sido bautizados de alguna otra manera (Hechos 19:1-5). El nombre de Jesús en la fórmula bautismal expresa fe en Su verdadera identidad, obra propiciatoria, y poder y autoridad para salvar. El nombre de Jesús es el único nombre salvador, el nombre por el cual se recibe la remisión de pecados, el nombre más exaltado, y el nombre en el cual los cristianos deben decir y hacer todas las cosas (Hechos 4:12; 10:43; Filipenses 2:9-11; Colosenses 3:17). Entonces, el usar el nombre de Jesús es la manera correcta de cumplir todos los propósitos para el bautismo.

La Biblia registra cinco relatos históricos del bautismo en la iglesia neotestamentaria que describen un nombre o una fórmula. En cada caso el nombre es Jesús (Hechos 2:38; 8:16; 10:48; 19:5; 22:16). Las epístolas también aluden a la fórmula del Nombre de Jesús (Romanos 6:3-4; I Corintios 1:13; 6:11; Gálatas 3:27; Colosenses 2:12). Aun Mateo 28:19 se refiere a esta fórmula, pues describe un nombre singular que representa todas las manifestaciones redentivas de la Deidad, y ese nombre es Jesús (Zacarías 14:9; Mateo 1:21; Juan 5:43; 14:26; Apocalipsis 22:3-4). Además, Jesús es el nombre que se describe en los otros relatos de la Gran Comisión (Marcos 16:17; Lucas 24:47).

El bautismo del Espíritu Santo. El bautismo con, por, en o del Espíritu Santo es parte de la salvación en el Nuevo Testamento (Juan 3:5; Romanos 8:1-16; I Corintios 12:13; Efesios 1:13-14; Tito 3:5). La frase describe cómo el creyente es sumergido en y llenado del Espíritu Santo de Dios. En Hechos los términos “bautizados, llenos, recibido, cayó sobre, vino sobre, y sobre... se derramase el don” describen todos a esta experiencia (Hechos 1:4-5; 2:4; 10:44-47; 11:15-17; 19:1-6). Se promete a todos los que creen en Jesús y obedecen Su Palabra (Juan 7:38-39; Hechos 5:32; 11:15-17; 19:2; Gálatas 3:14; Efesios 1:13).

La Biblia registra cinco relatos históricos de la recepción del Espíritu Santo en la iglesia neotestamentaria: los judíos, los samaritanos, los gentiles, el apóstol Pablo, y los discípulos de Juan en Efeso. Este registro establece que el bautismo del Espíritu de veras es para todos (Lucas 11:13; Hechos 2:39) y es acompañado por la señal inicial de lenguas (Marcos 16:17). Hablar en lenguas significa hablar sobrenaturalmente, como el Espíritu da que se hable, en un idioma que el que habla nunca ha aprendido (Hechos 2:1-11). Tres de los relatos describen explícitamente el hablar en lenguas como la señal inicial de recibir el Espíritu. En el Día de Pentecostés, un sonido de viento significó la venida del Espíritu y llamas como de fuego señalaron la disponibilidad a cada persona, pero el hablar en lenguas “según el Espíritu les daba que hablasen” era la señal inicial de que cada individuo había sido llenado (Hechos 2:1-4). Las lenguas convencieron a los judíos escépticos y atónitos que los gentiles acababan de recibir el Espíritu Santo; las lenguas por sí solas identificaron suficientemente a esta experiencia como la experiencia Pentecostal (Hechos 10:44-47; 11:15-17). Los discípulos efesios también hablaron en lenguas como la primera señal de recibir el Espíritu (Hechos 19:6).

Las lenguas son implícitas en los otros dos relatos. Una señal milagrosa no nombrada indicó el momento exacto cuando los samaritanos recibieron el Espíritu; su ausencia anterior denota que ellos todavía no tenían el Espíritu a pesar de tener gozo, fe, y bautismo, y era tan espectacular que Simón el Mago codiciaba el poder de impartir el Espíritu con esta señal (Hechos 8:5-19). Hechos 9:17 menciona sin descripción la experiencia de Pablo, pero I Corintios 14:18 dice que él hablaba en lenguas con frecuencia. El bautismo del Espíritu Santo es la experiencia básica y normal con Dios en el Nuevo Testamento, el nacimiento del Espíritu. El Espíritu es el reposo, guía a toda la verdad, el que hace adopción, intercesor, sello, arras de la herencia, y santificador (Isaías 28:11-12; Juan 16:13; Romanos 8:15,26; Efesios 1:13-14; I Pedro 1:2). Una persona puede recibir el Espíritu por arrepentirse, tener fe en Dios, y pedirle a Dios Su don. Cuando una persona recibe el Espíritu Santo, recibe poder para vencer al pecado y vivir una vida santa (Hechos 1:8; Romanos 8:4,13). Si él permite que el Espíritu le llene (controle y guíe) continua-mente, producirá el fruto del Espíritu y llegará a ser como Cristo (Gálatas 5:22-23).

Conclusión.

No se debe rechazar a los que no han recibido la experiencia neotestamentaria, sino que deben ser animados a recibir todo lo que Dios tiene para ellos. Hay mucha gente sincera y aun arrepentida como Apolos y los discípulos de Juan en Efeso quienes necesitan ser guiados a verdad mas avanzada para que puedan tener un nuevo nacimiento apostólico. La experiencia y la doctrina de una persona deben conformarse al modelo bíblico y apostólico completo; los que buscan a Dios sin cumplir con este modelo tendrán que contestar a Dios. La responsabilidad de una persona es clara: tiene que actuar sobre la verdad.

En resumen, (1) la Biblia es la única autoridad para la salvación; (2) la base de la salvación es la muerte, sepultura, y resurrección de Cristo; (3) la salvación viene solamente por gracia mediante la fe en Jesucristo; y (4) la aplicación de la gracia y la expresión de la fe vienen mientras una persona obedece a Hechos 2:38, recibiendo así el nuevo nacimiento de Juan 3:3-5.