segunda-feira, 12 de abril de 2010

La Familia y Sus Valores.

¡Qué tal amigos! Lo primero que quiero mencionar, es la descripción del término “familia” que en el griego es muy expresivo. Tenemos en el griego cinco sustantivos, de los cuales voy a describir el más enfático de todos ellos, y es la palabra: “Patriá” (patria) y su gran significado es: “Referencia a todos aquellos que están espiritualmente relacionados con Dios el Padre, siendo El, el autor de su relación espiritual con El como hijos suyos, quedando unidos entre sí en una comunión familiar (patria esta relacionado con pater, un padre amoroso y protector, viene de una raíz que significa un nutridor, protector, sustentador)”.

Patriá, no esta relacionado con patria potestad, aunque se saca la palabra de aquí. Para “patria potestad” esta la palabra: oikodespotes = de oikos = casa y déspotes = señor, amo (se traduce señor de la casa Mr. 14:14.) de aquí sale la palabra déspota.

La palabra patriá, aparece en Efesios 3:15. y lo que Pablo quiere decir es que todos los hombres en la tierra y aun los ángeles en el cielo reciben el nombre de familia de Dios, el amoroso y el gran Padre de todos.

También la palabra aparece con un sentido más amplio de nacionalidades, razas, Hech. 3:25.

Y por ultima vez aparece en Lc. 2:4. hablando de la familia de David. Solo aparece 3 veces.

Debemos de notar que cada padre de familia, (oikodespotes) = “señor de la casa” debía tener un sentido muy amplio de lo que era enseñar o disciplinar, en el griego la palabra es “paideuo”, proveniente de la palabra griega paidion = niño.

El verbo paideuo (paideuvw,) su significado es, instruir a niños, enseñar. Se traduce «fue enseñado» en Hech. 7:22.; «corrija» en 2 Ti. 2:25.; «enseñando» en Tito 2:12. Este verbo se usa de disciplina familiar, como en He. 12:6, 7, 10.

En 1 Ti. 1:20, el verbo esta en voz pasiva, se traduce «aprendan»; lit.: «sean enseñados» pero, sea como sea que se comprenda este pasaje, es evidente que lo que se tiene en mente no es el impartir conocimiento, sino una severa disciplina.

En Lc. 23:16, 22, Pilato, habiendo declarado que el Señor era inocente de la acusación de que había sido hecho objeto, y por ello no pudiendo castigarle, ofreció débilmente, como concesión a los judíos, «castigarle, paideuo, y soltarle». Este sentido de paideuo queda confirmado en He. 12:6, donde se une (en una cita de la LXX, Prov. 3:12.) con un látigo o azote. (…y azota a todo aquel que recibe por hijo.)

Comparemos, la escena en “El Progreso del Peregrino”, donde uno de los seres resplandecientes con un látigo de cuerdas «castigó severamente» a los peregrinos que de una manera insensata se dejaron atrapar en la red del adulador, y les dijo, «a los que amo reprendo y disciplino» (paideuo).

“Disciplina”. paideia (paideiva), denota la formación dada a un niño, incluyendo la instrucción; de ahí, disciplina, corrección.

En Ef. 6:4. el apóstol Pablo ordena a cada padre, que puedan educar a sus hijos en disciplina y amonestación del Señor, «disciplina», “paideia”, sugiriendo la disciplina cristiana que regula el carácter de la familia; igualmente en He. 12:5, 7, 8, 11; en 2 Ti. 3:16 «instrucción».

No es casualidad que la palabra “Instruir” sea en el griego “paideutes” proveniente de “paidion” niño.

Dado todas estas definiciones, debemos volver a los valores que nos enseña la Biblia con relación a la familia, para obtener un hogar feliz y estable.

Observemos como Jesús terminó su maravilloso Sermón del Monte: “Dos hombres construyeron sus casas, uno la construyó sobre la roca, llegaron las lluvias y las inundaciones, soplaron los vientos, y la casa siguió en pie porque sus cimientos eran sólidos. El otro la construyó sobre arena (era más fácil y rápido), Vino el mismo tipo de tormenta, sacudió fuerte la casa, y ésta se vino abajo, quedó la casa destruida. A primera vista, podríamos llamarle “el relato de las dos casas”. Sin embargo, querido amigo, no son las casas las que más importan, sino los cimientos. La gran verdad es que debemos fundar nuestra vida y nuestra familia en Cristo, por lo tanto, podrán venir muchos ataques de parte de esta sociedad y llegaran las tormentas de la vida, pero dado que esta cimentado en Cristo Jesús podremos hacer frente a todas las adversidades del diario vivir.

No desconocemos que en estos días las presiones que sufre la familia son tan grandes que llegan a perjudicar de tal forma que se va derrumbando en forma vertiginosa. Es de sabios construir nuestro hogar sobre el único cimiento sólido y verdadero, El Señor Jesucristo.

En la parábola, son las mismas tormentas las que azotan la casa del cristiano y la del no cristiano. Todas las familias pasan por tormentas en algún momento de sus vidas: tentaciones, sufrimientos, las pérdidas de valores, o circunstancias adversas; la diferencia en cuanto a los resultados se halla en los cimientos sobre los cuales está fundado el hogar.

Además, son muchas las influencias peligrosas que amenazan la familia en estos tiempos, realmente hace falta fortaleza para ir en contra de estas presiones y permanecer leal a los valores de la familia. La única forma de combatir estas presiones es decidir qué conducta es la correcta según las normas de la Biblia. Por eso es imprescindible volver a la Palabra y ver el gran secreto que nos da el escritor de Romanos (Pablo) cuando escribe en el capitulo 12:1-2. ” Ir transformándonos a la imagen de Cristo”. Esto requiere que se seleccionen de manera muy cuidadosa los valores que son realmente importantes. Los valores son aquellos principios de vida que se aprenden por medio de la experiencia, tienen mayormente su origen en las actitudes que se aprenden en el hogar. Al escribirle a Timoteo, Pablo señala que los valores del mundo son contrarios a la voluntad de Dios sobre nuestra vida. también le advierte al joven Timoteo en 1 Ti. 6:11-12: “Huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe.”

¡Mantengamos en alto los valores verdaderos!