sexta-feira, 8 de abril de 2011

El Arameo fue la Lengua Cotidiana de Jesús.


Han pasado siglos desde su época de esplendor, en que fue idioma de enseñanza y de comercio pero no está, como muchos piensan, en peligro de extinción: el arameo, la lengua cotidiana de Jesús, goza de buena salud y es utilizada a diario por 4 millones de personas alrededor del mundo.

Esta lengua semítica está presente sobre todo en Oriente Medio, pero también existe una amplia comunidad arameo parlante en Australia, y grupos dispersos en Europa y América, según explica a Efe el profesor de Hebreo y Arameo de la Universidad de Salamanca Efrén Yildiz Sadak.

Para comprender la evolución del arameo, casi una rama lingüística por sus muchos dialectos, es necesario saber que cuenta con cinco grandes periodos que comienzan con el arameo antiguo y siguen con el arameo imperial o internacional, entre los siglos VIII y III antes de Cristo.

“En ese periodo desempeñaba el papel del inglés actual, era el idioma internacional de entonces, sobre todo en Oriente Medio, desde la época de los imperios Asirio y Babilónico pasando por los persas y hasta la llegada de los griegos”, señala el experto.

Tras esta etapa de esplendor se sitúan el arameo medio, el tardío -que es el que habló Jesucristo- y el arameo moderno. Son cinco etapas para una lengua que lleva viva desde el 1.100 antes de Cristo hasta nuestros días.

“Todo el mundo piensa que el único grupo que lo habla es en Malula y esto es totalmente erróneo”, señala el profesor sobre la pequeña localidad siria cercana a Damasco que se ha hecho famosa al aparecer en televisión como el último enclave en el que se reza tal y como lo hizo Jesucristo.

Por contra, la mayor parte de los arameo parlantes se encuentran en Irak y serían los asirio caldeos (muchos de ellos católicos), además de otro reducido grupo, los mandeos, al sur del país, además de la comunidad australiana anteriormente citada.

Yildiz refuta también la creencia de que el arameo se habla pero no se escribe ni se lee, pues, apunta, “hay una producción literaria considerable en arameo moderno y también revistas científicas en las que se publica en ese idioma”.

Y es que en el último medio siglo se ha hecho un esfuerzo considerable por revitalizar esta lengua, que se encuentra “en situación delicada, pero en ningún caso en vías de extinción“, precisa el profesor.

En el norte de Irak hay más de 200 escuelas en las que todas las materias se imparten en arameo moderno y existe un proyecto para poner en marcha en las llanuras de Nínive una universidad en la que toda la docencia se lleve a cabo en esta lengua. Además, los nuevos planes de estudio de la Universidad de Salamanca, en España, también incluyen cursos de arameo moderno.

¿Y cómo era el arameo que hablaba Jesucristo? “Lógicamente” -refiere el profesor- pertenecía a la fase del arameo medio tardío, y “comparado con los dialectos actuales, al igual que ocurre en cualquier otra lengua, el arameo también ha evolucionado: la estructura gramatical ha variado un poco, el sistema verbal…”.

La lengua de Cristo también diferiría del arameo actual debido a los “préstamos” de otras lenguas que ha ido tomando el moderno, sobre todo del árabe, pero también del turco o el persa en función de la zona.

Desde que nació, Jesús de Nazaret escuchó a María y a José hablar en arameo galilaico, que pertenece a la rama occidental del idioma. Esa fue su lengua materna, cotidiana, y no el hebreo, que sólo se empleaba en las sinagogas para leer los textos sagrados, los cuales posteriormente eran explicados en arameo a los feligreses para que pudieran comprenderlos.

“El arameo era el vehículo de comunicación de la comunidad judía”, comenta el experto, quien resalta cómo en la actualidad se da una situación parecida a la que se daba en las sinagogas en la época de Jesús en las reunioness en arameo antiguo, que posteriormente son explicadas a los presentes en arameo moderno.

Precisamente uno de los lugares a los que acuden turistas y peregrinos a escuchar la reunión en el idioma de Jesús es a Malula, un pequeño y recóndito pueblo de unos 5 mil habitantes, en su mayoría cristianos, que se encuentra a 50 kilómetros de Damasco.

Allí el arameo es la lengua cotidiana, transmitida oralmente de padres a hijos, y aunque ha cobrado cierta fama por sus apariciones en la televisión, “de ninguna manera” es el último lugar en el que se sigue orando en el idioma de Jesús, subraya el profesor de la Universidad de Salamanca.