sábado, 21 de maio de 2011

Evangélicos exigieron el Respeto a la Vida y Dignificación de Nativos y Niños.


El respeto a la vida, la dignificación de indígenas y niños, así como la construcción de una sociedad acorde con la ética y la moral reclamaron ayer las Iglesias Evangélicas de Paraguay durante un acto que se realizó en la Sala Bicameral.

El acto de proclamación y bendición sobre la nación organizado por las iglesias evangélicas contó con la participación de varios pastores, parlamentarios e invitados generales. Fueron momentos solemnes de oración y de deseos de un mejor país para todos sus habitantes. En la apertura, el ex pastor Arnoldo Wiens habló de los símbolos patrios y sus significados los relacionó con pasajes bíblicos.

El presidente de la Asociación de Pastores Evangélicos del Paraguay, Santiago Maldonado, en cambio, refirió a los factores que influyen en la formación de una sociedad ideal y en ese sentido mencionó al Gobierno que con sus componentes Ejecutivo, Legislativo y Judicial debe ser dirigido por el Señor para que la nación sea una sociedad ordenada, respetuosa, acorde con la ética, la moral, el aprecio por la vida y la familia, da a conocer abc.com.py en su sitio web.

Indicó que los hombres y mujeres del Gobierno deben dictar leyes a favor de la vida y no de la muerte. Sostuvo que el objetivo primario debe ser siempre hacer justicia, amar y estar en humildad ante el Creador.

En otro momento, reclamó la dignificación de los pueblos indígenas que habitan el Paraguay, para que reciban un trato justo y respuestas a sus necesidades. Se manifestó también a favor del fin de toda presión, rebeldía, hipocresía y obstinación.

Habló también del ideal de la Iglesia, y en ese sentido sostuvo que es la anunciadora de la buena noticia para la salvación del hombre; es la voz de los que no tienen voz, pero por sobre todo es la voz de Dios.

Maldonado también habló de la declaración de las iglesias evangélicas sobre las familias y en ese sentido sostuvo que debe mantenerse en la originalidad del propósito de Dios, es decir, en la unión del hombre y la mujer y que Dios y sus principios sean sus fundamentos. Si cumplen estos preceptos, sus hijos serán honrados, honestos, trabajadores, emprendedores y talentosos; serán patriotas que lucharán a favor de la libertad. Igualmente exigió un trato justo e igualitario para las mujeres y oportunidad para ellos y la honra de los hijos hacia sus padres.

Su deseo también es que ningún niño mendigue por las calles de la patria, ni sea abusado ni violentado por los mayores y que sus padres sean responsables de ellos.